Los drones son vehículos aéreos no tripulados (VANT) y,
aunque para muchas personas no tienen otra finalidad que la de hacer las veces
de entretenimiento electrónico para juegos o sacara fotografías, lo cierto es
que sus aplicaciones podrían ser infinitas, tal y como ya se está demostrando,
pues se trata de dispositivos que, dotados de cámaras, micrófonos, sensores de
diferentes tipos o localizador GPS, son de gran ayuda para personas de todo el
mundo.
Los primeros usos dados a los drones son de tipo militar;
el hecho de no estar tripulados, y su pequeño tamaño, los hace ideales para
misiones de reconocimiento sin ser detectados por los radares, pero también
para transportar bombas y misiles. La contrapartida de este uso la encontramos
en su utilidad para misiones humanitarias en zonas de conflicto: reconocer un
área y así saber cómo prestar ayuda de forma eficaz, enviar medicinas,
etcétera. Su capacidad para volar a poca altura es ideal para estos fines, e
incluso para obtener biorritmos de pacientes gracias a los sensores que pueden
llevar incorporados.
En caso de desastres naturales (terremotos, incendios,
etcétera) o similares, los drones constituyen una eficaz herramienta de ayuda
en la búsqueda, localización y rescate de personas.
Pero las labores preventivas también son una utilidad a
destacar de los drones. Sirven para vigilar las ciudades desde el aire y así
mejorar la seguridad ciudadana, gestionar mejor el tráfico y evitar atascos, e
incluso para vigilar ciertas actividades ilegales como el tráfico de drogas,
por lo que se convierten en una buen “agente policial”.
El tamaño de los drones permite que sean utilizados para
vigilar y monitorizar áreas naturales de difícil acceso para las personas, ya
sea por sus condiciones naturales (volcanes) o por incidentes como el accidente
nuclear de la central japonesa de Fukushima, donde los drones fueron empleados
para acceder donde los niveles de radioactividad eran incompatibles con la
presencia humana; vigilar bosques en época de alto riesgo de incendios, y
controlar la actividad biológica y geológica, son otros usos de los drones.
Además, permite perseguir prácticas ilegales como la caza furtiva, y hasta
localizar restos arqueológicos.
En el ámbito del sector primario de la economía, los
drones se utilizan ya para vigilar que no aparezcan enfermedades en los
cultivos, e incluso para el pastoreo de rebaños.
En los últimos tiempos, el sector comercial está
prestando especial atención a los drones, que podrían ser los “mensajeros del
futuro”. Amazon y otras compañías ya experimentan con drones para el reparto de
mercancías a domicilio de una forma rápida y, sobre todo, barata.
Pero todos estos usos y utilidades de los drones son sólo
el comienzo pues de hecho, se trata de una tecnología aun mínimamente
implantada cuyas funciones pueden ser infinitas.
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