Somos los niños en las civilizaciones de las estrellas, los chicos pequeños que apenas han empezado su andadura. Se puede ayudar muy puntualmente, pero la realidad es que cualquier injerencia en nuestro desarrollo, cualquier intervención sería enormemente injusta para con nuestra especie y su avance natural. Hemos de encontrar nuestro propio camino, si acaso se nos pueden señalar alguna evidencia que se nos hayan escapado en nuestro desarrollo, poco más. De otro modo nos estarían arrebatando nuestra catarsis, fruto de nuestros genuinos problemas como especie.
Cualquier intervención sería un sesgo hasta que el niño sea adulto. Siendo aún tan violentos, tan susceptibles al engaño, al retroceso, tan necesitados de espiritualidad, de guía, flaco favor nos haría una intervención. Y no nos engañemos, nuestro problema no es tecnológico, ni la técnica lo solucionará. Nuestro mayor reto es la gestión social, de recursos, coordinación, justicia y libertad, social e individual. Y nuestra solución ha de venir de cómo es nuestra especie, ningún injerto externo nos serviría, hemos de continuar aprendiendo en nuestro viacrucis.
En boca de Carl Sagan: "Resulta asombroso que, en general, os vaya tan bien. Tenéis una carencia casi total de teorías sobre la organización social, vuestros sistemas económicos son arcaicos, no manejáis la maquinaria de la predicción histórica y casi diría que no os conocéis a vosotros mismos en absoluto. Teniendo en cuenta que vuestro mundo cambia a gran velocidad, me llama la atención que todavía no os hayáis autoaniquilado."
¿Cómo pueden ayudarnos sin una injerencia a todas luces nociva? Algunos zoologos nos estudiarán, algunos filántropos o animalistas quebrantarán la ley para tratar de ayudar, algunos turistas o militares cometerán errores en su visita, poco más. No nos engañemos, somos peligrosos. En cualquier caso es laborioso llegar hasta aquí, será de alguna forma costoso. ¿Para qué arriesgarse?
Sobre la inteligencia alienígena, será: visual, colorida, penetrante. Terrorífica en su capacidad, brutal en sus medios, no más que cualquier otro político o psicópata, que con fría razón, utiliza y manipula esos puntos que desde la distancia no son sino estadística y probabilidad.
Es en verdad un acontecimiento sociológico y, una gran parte de nuestra población, incluso en ciudades modernas, vive mental y psicológicamente como en el medievo. Con grandes prejuicios, enormes limitaciones de visión, de entendimiento, etc. A la fuerza la suya será una inteligencia que mira a generaciones vista y calcula en cientos, quizá miles de años, y observa y escucha y estima cual será la fecha de nuestra adultez.
Incluso personas muy inteligentes, de gran capacidad e influencia tienen gigantescos prejuicios, taras culturales, traumas familiares, que por influencia de una forma u otra arrastran a millones de seres a generaciones de oscuridad mental y falacia en asuntos vitales. Solo el tiempo nos pone en el camino, y aunque aún estamos en pañales, vamos mejorando, basta mirar la historia.
¿Cómo decir "hola"? Sin duda a través de las bondades de una iniciativa privada colectiva. Una propuesta sería a través de lo que parece interesar más: señuelos radioactivos, y también grandes masas de agua. Y una vez próximos, las señales visuales luminosas parecen lo más apropiado, enormes, poderosas, coloridas, la intuición de Spielberg parece el mejor camino. Y luego el lenguaje simbólico, la traducción, no será totalmente nuevo, será solo diferente. Por supuesto grabaciones de todo tipo, y emisión en frecuencias de todo tipo. Y despedida regalo radioactivo, quizá sea su forma de volver.
Algunas sugerencias de señales visuales por donde empezar:
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