Los títulos en al escritura periodística y de publicidad

La titulación es un elemento de suma importancia en la información puesto que es lo primero a lo que el lector o el espectador atiende por lo que debe llamar la atención, incitar a la curiosidad, resultar atractivo para enganchar finalmente. Así, el titular o la entradillas son elementos que realiza el editor tratando de llamar la atención hacia lo que va a contar. Sin un título atractivo que llame la atención, la noticia pierde atractivo y, por tanto, lectores.
La claridad, la brevedad, el carácter atractivo y asequible, son cualidades aplicables para todo tipo de lector; se debe plasmar la noticia en una sola frase, el título, y en tiempo presente, huyendo de la negación e informando, no aclarando ni explicando.
A diferencia de lo que ocurre en la prensa escrita donde el título debe ser ajustado al espacio disponible, en radio o televisión éste puede ser más extendido. La sorpresa es una buena técnica, pudiendo emplear incluso la metáfora, pero sin caer en la apreciación de informar que somos los primeros en sacar la noticia.

En la noticia, información y originalidad no están reñidas

El titular más sencillo de redactar es aquel que encabeza textos noticiosos pues el objetivo esencial consiste en  sintetizar el hecho principal, la noticia en sí misma, en una frase corta y para ello, deberemos tener muy claro en qué consiste una noticia.
La frase escogida responderá a los criterios de brevedad, claridad y atractivo. Debe ser un titular inequívoco, concreto, asequible o comprensible por todo tipo de lector, escueto pero, por supuesto, correcto desde los puntos de vista gramatical y sintáctico.
La gran mayoría de diarios prefieren, en la medida de lo posible, emplear en los titulares noticiosos el tiempo presente, y con una afirmación en lugar de una negación. Lo mismo ocurre en televisión y radio.
También podremos escoger el uso de verbos o su carencia para redactar el título de una noticia, si bien esto dependerá en mayor medida del estilo del medio para el que trabajamos.
Pero la obligación de trasladar un hecho noticioso concreto con brevedad no debe excluir la posibilidad de emplear también un estilo literario en la titulación. A este recurso suelen acudir con mayor frecuencia los diarios de estilo más popular cuyos titulares adquieren una gran extensión. Este tipo de titulaciones están muy vinculadas al estilo que se emplea para encabezar reportajes en medio “menos populares”, con un estilo mucho más culto.
Veamos un ejemplo en base a una misma noticia, la muerte de Deng Xiaoping:

-       El País: “Muere Deng, el ahombre que abrió al capitalismo la China de Mao”.
-       ABC: “Murió Deng Xiaoping, el impulsor de la reforma económica china”.
-       El Periódico de Catalunya: “Muere el dirigente chino que acercó al país al capitalismo.”

En los tres casos anteriores, los tres medios optan por titulares que incluyen una explicación económica y/o histórica, pero sin concesión alguna a la originalidad o al juego literario sin embargo:

-       Financial Times: “Muere Deng, el arquitecto de la reforma en China.”
-       La Vanguardia: “Muere el último emperador rojo”.

Estos dos últimos titulares referidos exactamente al mismo acontecimiento noticioso incorporan una visión literaria de los hechos al utilizar sendas metáforas: “arquitecto” y “último emperador”. Logran así impregnar de sorpresa el efecto que causa en el lector quien, tal vez, ya conociese la noticia a través de otros medios como la radio o la televisión pero que muy probablemente se sienta “invitado” a su lectura.
Se debe tener en cuenta que, salvo excepciones, los acontecimientos de mayor relevancia ya han sido difundidos por otros medios de comunicación por los tanto, el titular escogido debe incorporar un enfoque propio, original, que atraiga de nuevo al lector hacia un hecho que en realidad ya conoce.

Los títulos informativos no han de excluir necesariamente la intención, la ironía o el “humor fino” buscando no sólo aportar información, si no también entretener. Para ello el editor puede relacionar dos hechos que figuren en la noticia:
             
“El ministro inauguró una urbanización excepcional entre protestas de los vecinos”

La presencia de contradicciones en el texto suele dar mucho más juego para encontrar un título más “agradecido”, original, llamativo. A veces, el uso de palabras asociadas a la idea principal puede conceder también el toque irónico e incluso diverso a algunas noticias.

Algo a tener muy en cuenta en la titulación noticiosa es no cometer errores como el uso de expresiones tales como “podría”, “puede”, “es probable”, etcétera ya que denotan y transmiten inseguridad y están más asociadas al rumor que a la noticia. Si el titular cuenta exactamente lo que sabe, la noticia gozará de más crédito.

Además, la necesidad de ajustar la extensión del titular de la noticia al espacio de que disponemos nos permite ciertas prácticas como comenzar el titular con un participio, eliminar el sujeto cuando sea posible manteniendo el verbo en su forma personal, etcétera.

Por último, es importante señalar que los títulos opinativos, por definición, se dan muy pocas veces en la noticia y que, los titulares en los que el sujeto es una institución, restan frescura y atractivo: mejor “Baja el billete del bus” que “El Ayuntamiento de Madrid baja el billete del bus”, además así logramos un titular más conciso y atractivo.

El titular de la entrevista

Pero titular una noticia no es lo mismo que titular otros géneros periodísticos. En la entrevista, la conversación con un personaje puede estar encabezada por una frase que éste haya pronunciado, precedida evidentemente de su nombre, ya se en el propio título o en el antetítulo. Esta fórmula sin embargo en ocasiones resulta complicada pues necesitamos una cita breve y concisa que además recoja y exprese la idea principal de la entrevista o que, al menos, tenga la suficiente relevancia como para ocupar el título y atraer al lector. En estos casos es aceptable la licencia de resumir o condensar esa idea en unas pocas palabras bajo la ineludible premisa y condición de que ello no suponga en modo alguna la alteración del mensaje.

Un vicio que el entrevistador siempre debería desechar, al igual que en el género noticia, es crear el titular con una negación.

El título del reportaje

Los editores que aman la tarea de titular siempre se encuentran ansiosos de recibir reportajes pues las posibilidades aumentan con este tipo de género periodístico.

El título de un reportaje debe competir con los encabezamientos noticiosos. Éstos juegan con la ventaja de que responden a acontecimientos inmediatos, de suma actualidad. Los reportajes en cambio no abarcan necesariamente un hecho o acontecimiento de “feroz” actualidad, razón por la cual el título puede y debe ser modelado con el uso de la imaginación.

Un buen título para un reportaje no debería superar las seis/siete palabras; ha de demostrar ingenio pero, a la vez, transmitir la información por lo que debe incluir algún contenido directamente vinculado al tema que se aborda en su interior. No sirven por tanto frases ingeniosas que lo mismo que se pueden aplicar al tema tratado, también podrían ser empleadas en otros temas bien distintos.

Así, algunos trucos o más bien técnicas para lograr nuestro objetivo en lo que a titulación de reportajes se refiere son:

·      La paradoja. Constituye uno de los recursos más rentables pues resaltan lo singular del acontecimiento.
·      El doble sentido, un juego de palabras que debe funcionar tanto a nivel textual como informativo.
·      La minoración, o atenuación de lo afirmado en primer lugar.
·      La metáfora, en cualquiera de sus formas, supone un recurso de los más ricos.
·      La repetición de palabras con sentido diferente al anterior o con un significado diferente al que se podría esperar por el contexto.
·      La aproximación intencionada
·      La hipérbole o exageración (que luego sería “suavizada” con la minoración antes citada).

Las tres formas más usuales de titular una crónica

El género periodístico de la crónica suele aparecer titulado principalmente bajo cualquiera de las tres fórmulas siguientes:

1.     Como cualquier otro acontecimiento noticioso de tal forma que el lector percibirá que se encuentra frente a una crónica sólo cuando comience su lectura.
2.     Con cierta carga interpretativa incluida. Es el titular más específico de la crónica  en estos casos se suele emplear un título sin verbo motor por ejemplo, “Semana decisiva para el socialismo madrileño”.
3.     Cuando el titular incluye un clara y evidente opinión. Esta forma de titular una crónica suele estar reservada a acontecimientos deportivos, taurinos, empleando para ello la tipografía utilizada en los géneros informativos. En este caso las técnicas antes citadas para el encabezamiento o titulación de reportajes pueden resultar perfectamente válidas.

Titulando la opinión

La mayor libertad de contenido que corresponde al género de opinión se acomoda a la perfección en el título de un editorial o de una columna de opinión. En este caso, la técnica para establecer un titular se asemeja a lo antes citado para el reportaje si bien, en este caso, es posible incluir de forma directa adjetivos y juicios de valor que exponen de forma clara la opinión de quien escribe.

No obstante, es conveniente huir de los adjetivos más utilizados y emprender la búsqueda de calificativos ricos en significado y connotaciones.

En el cambo de los copys de publicidad y de las campañas en general podríamos hablar en sucesivos artículos de forma amplia.

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