Tenemos en esta
obra la ampliación y desarrollo de uno de los capítulos de La
Literatura Nazi en América. La narración de las andanzas de un
poeta vanguardista nazi, chileno, torturador en la época del Golpe, cámara de
cine porno y dandy glaciar. Sus inicios como asistente a talleres de poesía
como el elegante Alberto Ruiz-Tagle, la irrupción de su verdadera personalidad
como vanguardista vate de lo siniestro, su auge, caída y posterior
desaparición. Es también una novela policíaca que sigue las pistas de un
criminal para al final darle su merecido. Es también en esta novela donde
aparece el personaje más terrorífico de Bolaño. La narración crea un ambiente
pesadillesco dentro de la realidad, todo está marcado por la desolación.
Carlos Wieder es un personaje que aparece aquí y allá en la toda la
obra literaria de Bolaño. Según él mismo es una aproximación al mal
absoluto. El mal absoluto y como éste puede existir dentro de lo que llamamos
normalidad. De hecho no existe la normalidad.
En comparación con Carlos Wieder el resto de autores
que pululan por los talleres literarios de Latinoamérica no tienen fuerza. El
Golpe los arroja a la muerte o al olvido. Sólo un par de ellos sobreviven
literariamente. A pesar de todo Carlos Wieder no es un poeta. Es un asesino y
esto es lo más vanguardista de todo él. Al final en Lloret de Mar todo el
ambiente que se crea inspira nausea y desolación. Y horror. Ese horror del que
también podemos percibir algo en las junglas de Conrad y de Coppola. Esta
obra de Bolaño habla fundamentalmente del horror. El horror y el arte. Y como
el arte puede dejar de serlo al convertirse en horror. Y viceversa.
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