¿Cómo es la operación de cataratas?

La operación de cataratas, a pesar de ser un proceso quirúrgico bastante habitual, suele despertar un gran temor debido a que afecta a un órgano vital en nuestras vidas, los ojos, por lo que el miedo a que la visión no mejore, e incluso empeore, nos puede resultar tremendamente inquietante. Sin embargo, la realidad es que la operación de cataratas es un proceso de cirugía menor que, en la mayoría de los casos, se lleva a cabo como un procedimiento ambulatorio que no requiere hospitalización alguna. Para perder el miedo a la operación de cataratas lo mejor es conocerla.

Durante el proceso de visionado, la luz viaja y penetra en nuestro ojo a través de la pupila enfocándose sobre la retina a través de una lente. Para que la visión sea correcta esta lente debe presentar una transparencia absoluta sin embargo, en ocasiones, esta lente se enturbia. Es lo que conocemos como cataratas y cuyos síntomas no son otros que una visión borrosa, débil, turbia que muchas personas describen como ver a través del parabrisas sucio de un coche.

La solución a este problema pasa por la vía quirúrgica a través de un sencillo, aunque delicado, procedimiento ambulatorio que no precisa hospitalización en la mayoría de los casos.

La operación de cataratas consiste básicamente en eliminar esa lente nublada de la que hablábamos y sustituirla por una lente artificial totalmente transparente denominada lente intraocular (LIO) que devolverá al paciente una visión nítida y clara.

Con carácter previo a la operación de cataratas, el oftalmólogo deberá seleccionar la lente artificial más idónea para sus ojos y para ello, medirá la longitud del ojo a través de un proceso conocido como A-scan así como la curvatura de la córnea, un procedimiento llamado queratometría. Y para evitar infecciones, también es habitual que se recete el uso de gotas antibióticas durante los días previos a la cirugía.

La operación de cataratas en sí misma, es decir, el proceso de sustitución de la lente, se denomina facoemulsificación. Consiste en una pequeña incisión en el borde de la córnea (la parte frontal del ojo). A continuación, y con la ayuda de un pequeño instrumento de ultrasonido, se romperá la lente natural que posteriormente será cuidadosamente succionada.

Una vez que la lente borrosa ha sido retirada, el oftalmólogo insertará la nueva lente artificial fabricada en soluciona, plástico o acrílica, que quedará como parte permanente del ojo.

Tras la operación de cataratas, pasarás unas horas de recuperación y volverás a casa. Deberás utilizar una tapa para el ojo para evitar la luz, el agua, el polvo, etcétera así como aplicar las gotas prescritas por tu oftalmólogo hasta que la visión vuelva a ser óptima.