Cuando se trata de analizar la gestión del
circulante surge una pregunta desde la posición del directivo no financiero: ¿para qué sirve la visión financiera del
circulante?
Esta pregunta, desde una perspectiva puramente
financiera, puede parecer incluso una provocación, dado que la faceta
financiera puede ser tan importante como las demás. Pero no hay que olvidar una
realidad: las áreas que integran la gestión del circulante son, en gran medida,
los departamentos no financieros –compras, comercial y producción- además del
financiero. Cada departamento ya está actuando sobre el circulante, cada uno
con sus objetivos y visión particular.
La visión financiera del circulante aporta al
directivo no financiero dos ventajas básicas:
·
Homogeneización
en la forma de evaluar el impacto de las áreas del circulante sobre la gestión
de la empresa.
·
Globalización
de la actuación de los distintos departamentos implicados.
Financieramente,
todos los componentes del circulante se evalúan mediante su coste financiero,
lo que permite comparar la gestión de unas áreas con las de otras mediante un
baremo común.
Además, el circulante forma un conjunto global, con
claras interdependencias entre unas áreas y otras, que no es conveniente
aislar. La integración financiera de la gestión del circulante facilita a todos
los departamentos una perspectiva global homogénea.
Probablemente, el directivo no financiero ya esté
trabajando en el circulante bajo alguna de sus facetas. Con la perspectiva
financiera no solucionará sus necesidades específicas de gestión, pero sí
podrá:
·
Entender
las políticas de circulante de la empresa.
·
Trabajar
conjuntamente con otras áreas para conseguir un objetivo común.
·
Ser
capaz de evaluar objetivamente los impactos que sobre su gestión tienen las
políticas de otras áreas del circulante.
·
Adquirir
una visión más global de los efectos que sobre el circulante tienen sus
actuaciones específicas.
Para ello, a lo
largo de este artículo, se analizará en primer lugar qué se entiende por
circulante, cuáles son las implicaciones que suponen para la empresa las
actuaciones sobre el mismo y cómo medir su importancia y participación en la
estructura financiera global.
Tras
la visión global, se estudiarán en detalle las distintas áreas que integran el
circulante. Atendiendo, en primer lugar , a las áreas cuya gestión se encuentra
fuera del departamento financiero, como son: clientes, proveedores y
existencias. Centrando la atención en los aspectos puramente financieros de su
gestión, como complemento al resto de sus facetas.
Finalmente,
nos introduciremos en la parte puramente financiera de la gestión del
circulante: la gestión de tesorería. Aquí intentaremos ilustrar, para el directivo
no financiero, las dos facetas de esta gestión:
·
La
interna, mostrando las técnicas e instrumentos de gestión y su utilidad
práctica.
·
La
externa, en cuanto a la negociación con los bancos, atendiendo a los aspectos
básicos de dicho proceso.
No hay comentarios :
Publicar un comentario