¿Cómo afectan nuestras ambiciones a nuestra relación de pareja?


¿Trabajar más horas o estar más tiempo con la familia? ¿Hacer un máster en otro país o cultivar el noviazgo recién iniciado? ¿Aceptar un puesto de trabajo en otra ciudad o quedarse cerca de los amigos de toda la vida? Muchos de nosotros nos hemos visto ante disyuntivas semejantes. El mundo actual nos ha enseñado a tomar las decisiones de carrera sin responder a otra cosa más que a nuestras propias ambiciones. Sin embargo, son muchas las ocasiones en que con la decisión tomada también llega la soledad.

Es normal que en cada etapa de la vida varíe el peso que le hemos dado a las relaciones personales en nuestras carreras o proyectos. Lo importante, y difícil, a la hora de tomar decisiones es darle a cada cosa su justo lugar. En especial, entender cuán importante es para cada uno de nosotros la pareja, la familia e incluso los amigos.

Esto no es fácil. Estamos programados para ir a por lo que queremos cuando se trata del mundo laboral, pero no hemos aprendido a tomar las mejores decisiones cuando se trata de nuestras emociones, debido a nuestra educación eminentemente racional, como dijo para Devivencias Laura Chica.

Ambición personal
Las personas ambiciosas suelen ser asociadas con el éxito. Son las llamadas a tener cargos más importantes, carreras más notorias, también más dinero. Pero por otra parte, estudios como el de John F. Helliwell y Robert D. Putnam (The Social Context of Well-Being, publicado en 2004), han encontrado que la fortaleza de los lazos en la familia, el lugar donde se vive, y las comunidades y afiliaciones a las que se pertenece, tienen mucha influencia  sobre  la salud y el bienestar personal.

Balancear las relaciones y la ambición personal es uno de los más importantes retos de la vida moderna. La psicóloga Leslie C. Bell en su columna de Psichology Today recomienda invertir en las relaciones, porque estas son muy importantes, tanto como se invierte en la propia carrera.

Al evaluar planes de carrera, como en qué universidad estudiar, o a qué ciudad ir en busca de mejores oportunidades, siempre hay que incluir a las personas cercanas entre los factores a tomar en cuenta para tomar la decisión. Si no hacemos esto, puede ser muy tarde cuando descubramos cuán importante era para nosotros la presencia de alguien.  


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