Manuel Elkin Patarroyo

PARA ALGUNOS ES GENIAL, PARA OTROS, UN VENDEDOR PROMESAS. PERO NADIE LO DISCUTE COMO AUTOR DE UN AVANCE CRUCIAL: LA PRIMERA VACUNA SINTÉTICA CONTRA LA MALARIA. SU ÚLTIMO RESULTADO LO HA PUESTO DE NUEVO BAJO LOS FOCOS

No es posible sentir indiferencia hacia Manuel Elkin Patarroyo (Ataco, Colombia, 1946). Sus conferencias son vigorizantes; sus entrevistas, una fuente de ideas positivas. Pura ilusión. Habla Patarroyo y queda el regusto de que no hay reto imposible, sino en todo caso difícil, y por tanto, estimulante. No en vano se le describe como el colombiano que ha logrado que los niños de su país sueñen con ser científicos en vez de futbolistas. 

Nadie le discute eso. Tampoco el haber formado a varias generaciones de jóvenes investigadores desde que impartía clases magistrales gratuitas de noche en Bogotá después de haber pasado ya por los laboratorios de los mejores virólogos y bioquímicos de la época en las prestigiosas universidades de Yale y Rockefeller, en Estados Unidos.