"Trabajar
con Pedro es un juego muy doloroso"
HAN PASADO 22 AÑOS DESDE SU ÚLTIMA COLABORACIÓN CON
ALMODÓVAR. ENTONCES ERA UN JOVEN A PUNTO DE IRSE A HOLLYWOOD PARA PROBAR
SUERTE. HOY, CONVERTIDO EN ESTRELLA, VUELVE A PONERSE A SUS ÓRDENES.
Que Almodóvar estrene película ya es de por
sí un acontecimiento. Que lo haga, como sucedió con Carmen Maura en Volver
(2006), recuperando a uno de sus actores fetiche aumenta, además, las
expectativas de admiradores y detractores que esperan con ansia la confirmación
de los argumentos que una vez los posicionaron en un bando u otro de la
contienda. Pero Antonio Banderas (Málaga, 1960) no parece afectado por la
presión mediática. Los años de profesión le han servido para crear el escudo de
indiferencia que toda estrella necesita para sobrevivir al juicio público.
Aunque ese escudo no le ha hecho dejar de parecer el Antonio de toda la vida al
que cualquiera se puede acercar para decir hola. Una simpatía innata que dista
mucho del carácter de su personaje en La piel que habito, el papel más oscuro
de su vida.
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