Desde Rusia, con ciencia-ficción

Si la literatura de ciencia-ficción es, hoy en día, un páramo reseco, la aparición de Dmitry Glukhovsky es savia vivificante.


Dmitry Glukhovsky
 es un joven periodista nacido en 1979. Licenciado en Periodismo y Relaciones Exteriores por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Ha escrito sobre infinidad de temas de contenido social, llegando a participar -incluso- en una expedición al Polo. Ha sido colaborador de publicaciones como Harper's Bazaar, l'Officiel y Playboy; también ha colaborado con medios como EuroNews Deutsche Welle. Actualmente es periodista freelance para el canal público ruso Russia Today.

Dmitry Glukhovsky
Miembro de una generación desencantada, tanto con el comunismo soviético como con la democracia yeltsino-putiniana, la literatura de Glukhovsky apuesta por una legendaria e interesante corriente de la ciencia-ficción, la “distopía”. No es de extrañar que la propia literatura rusa (y su antecesora, la soviética) cuente con venerables hitos del género, como Nosotros (1921) de Yevgeny Zamyatin (1884-1937) o El Maestro y Margarita (1937) de Mikhail Bulgakov (1891-1940).

Finalmente llega a España su novela más importante, “Metro 2033”, ganadora del prestigioso Encouragement Award de la European Science Fiction Society. editada por el venerable sello editorial Timunmas, clásico proveedor de títulos de ciencia-ficción, fantasía y terror.

La premisa de Metro 2033 es inquietante. Luego de una guerra mundial devastadora, los habitantes de las regiones arrasadas deberán aunar esfuerzos para sobrevivir. En el caso de Moscú, los supervivientes resisten bajo tierra, convirtiendo las estaciones del Metro -no por casualidad, el tercer metro del mundo en extensión- en unidades poblacionales. En la superficie los acecha un horrendo colectivo de criaturas mutantes.

Pese a que subyace en Metro 2033 una aguda crítica social a la Rusia de hoy, el autor no quiere -o no puede- evitar una figura clásica en la Historia Universal, en general, y en la Historia Rusa, en particular: El mesías, líder, caudillo o dirigente carismático (desde Iván el Terrible, a Pedro El Grande, pasando por Lenin, Stalin y un largo etcétera). En el caso de la novela, hablamos de Artyom, el elegido para liderar la resistencia.

Como no podía ser de otra manera, la ciencia-ficción también se encuentra falta de ideas en el Séptimo Arte. Suena casi consecuente, pues, que Metro 2033 ya tenga futuro de cine. En palabras del autor -durante la presentación de la novela en Madrid- “la MGM ha comprado la opción para filmarla, hay un guionista trabajando en ello y espero que se confirme, porque la última novela rusa filmada en Hollywood fue Doctor Zhivago, hace unos cincuenta años[1]. El otro recorrido que ha seguido la novela es el videojuego: Metro 2033 fue adaptado a este entorno en el año 2010, en sus correspondientes versiones para PC, Xbbox 360 y PlayStation.

Cabe destacar el curioso e insólito recorrido que Metro 2033 ha tenido entre el público. El “boca a boca” ha sido tan potente que no fue extraño ver -durante el coloquio madrileño con el autor- a varios “feligreses” de la novela. En consecuencia, el propio Glukhovsky propuso que sus lectores aportaran nuevos derroteros para la idea original. El autor, consiguientemente, seleccionaría las mejores historias, en vista a futuras publicaciones, algunas de las cuales -en total, suman unas veinte- ya están disponibles en la colección de Timunmas.

 

[1] Más precisamente, en 1965, con dirección de David Lean; sin embargo -y por dar un ejemplo- el inclasificable Menahem Golan dirigió en 2002 una adaptación de Crimen y Castigo de Fyodor Dostoievsky.

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