El coleccionista de Cobis

En 1992 Pedro Martínez tenía 13 años y vivía en Alcantarilla (Murcia). Ese año suplicó a sus padres que le llevaran a Barcelona para vivir en primera persona el evento deportivo internacional que estaba poniendo a España en el mapa del mundo al ritmo de Los Manolos. La respuesta de sus progenitores fue que no, así que Pedro tuvo que conformarse con seguir los Juegos Olímpicos en TVE y reconducir su frustración recreando una y otra vez la ceremonia inaugural de Barcelona ’92 con su colección de Playmobil: “También jugaba a inaugurar la Expo de Sevilla. Me gustaba organizar grandes eventos de muñecos a pequeña escala”.

No fue la primera vez que Pedro decidió montárselo por cuenta propia para vivir, a su manera, la experiencia olímpica. Diez años más tarde había empezado a tomarse en serio lo de coleccionar mascotas de los JJ.OO. y estaba a punto de licenciarse en Bellas Artes. Su proyecto de fin de carrera consistió en la grabación de un falso reportaje cuya premisa era la búsqueda de una mascota para unos supuestos Juegos Olímpicos en Valencia (la ganadora del concurso fue Tarongeta, una mandarina a la que su autor define como un plagio descarado entre Naranjito y Cobi). Más adelante se fusionaría con el perro de Mariscal en un autorretrato para un fanzine. El hecho de que Pedro viva en el barrio barcelonés de Poble Sec, a diez minutos de las instalaciones olímpicas, tampoco parece fruto de la más estricta casualidad. Es director de arte en una agencia de publicidad y siente fascinación por la identidad gráfica de los JJ.OO. (logo, mascota, cartelería, merchandising… ). Propuso un logo para Madrid 2016 y atesora una idea de mascota para un, cada vez menos probable, Madrid 2020: “No quiero decir cuál, por si me la roban, pero quiero aclarar que no es un bocadillo de calamares”.

COBI

Cobi estuvo muy presente en los medios de comunicación españoles desde su presentación en sociedad, en 1988, hasta el fin de los Juegos. La acogida no fue especialmente cálida. Algunos vieron con malos ojos su parecido con “Tres pelos”, un perro creado por Miguel Mihura en los años treinta para una publicación infantil; Mariscal se excusó diciendo que no conocía la existencia de ese can con el que Cobi compartía postura, que no rabo. A Cobi se le echó en cara que no pareciera un perro (oficialmente, era un gos d’atura, una raza catalana de perro pastor) y que tuviera "perfil de rinoceronte"; el periodista Joan Barril le definió de esta manera en El País: “Con sus brazos abiertos de par en par y su barriga antideportiva, este perro catalán parece un exhibicionista de gabardina”. El recibimiento fue frío, pero Cobi tenía una olimpiada por delante para ir haciendo amigos. Y cuatro años después, el público le devolvió el abrazo con el que Cobi se presentó ante todos. Al terminar Barcelona’92, el 81% de los españoles le había cogido cariño al perro cubista.


Leonard Cohen - El poeta de la voz profunda

SUS CANCIONES SON TEXTOS PROFUNDOS SOBRE EL MUNDO, LA CARNE Y EL ESPÍRITU. EN SUS LIBROS SE PERCIBEN SU VOZ GRAVE Y ESA ATMÓSFERA INTIMISTA QUE ATRAPA A UN PÚBLICO TAN AMPLIO COMO SU CARRERA. EL CANTAUTOR JOAQUÍN SABINA Y CHUS VISOR, SU EDITOR EN ESPAÑA, HABLAN DEL ÚLTIMO PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS.

Cuando se anunció que el Premio Príncipe de Asturias de las Letras lo había ganado Leonard Cohen (Montreal, 1934), ocurrió algo insólito: aunque se sabe que el mundo literario rechaza a los intrusos, todo fueron parabienes. Técnicamente, el canadiense cumplía de sobra: en los años sesenta publicó dos novelas rompedoras, y desde 1956 ha editado una docena de poemarios. “Sinceramente, creo que Cohen es mejor poeta que cantante”, refrenda Chus Visor, su editor en España. Toda esa labor, no obstante, ha sido eclipsada por su faceta musical. Universalmente, Leonard Cohen es un cantautor. Incluso podríamos afirmar que se trata del cantautor por antonomasia, ya que en él confluyen las tradiciones norteamericanas y europeas de esa forma de entender la canción.

Cohen


Joanne Kathleen Rowling

 

Vida de la escritora después de Harry Potter

CON EL ESTRENO ESTE MES DEL ÚLTIMO FILME DE HARRY POTTER, COMIENZA UNA NUEVA ETAPA LLENA DE INCÓGNITAS. TRES INCONDICIONALES DE SU OBRA ANALIZAN EL PORQUÉ DE SU ÉXITO: FIONA WEIR, DIRECTORA DE UNA DE SUS ONG, JUAN MILÁ, EDITOR DE SALAMANDRA, Y J. J. ABRAMS, CREADOR DE PERDIDOS.

J.k Rowling
Cuando J. K. Rowling terminó de escribir la séptima entrega de Harry Potter no pudo evitar llorar. La última vez que la escritora derramó tantas lágrimas fue el día que murió su madre, dos décadas atrás. En cierto modo, el fin de la saga, aquella despedida, también suponía un duelo. Joanne Rowling (Yate, Inglaterra, 1965) siempre había sabido que las aventuras de Harry Potter acabarían con Las reliquias de la muerte, pero aquel huérfano mago adolescente había sido parte de su vida durante 17 años.

Anna Wintour

 

Profeta del estilo

BAJO ESE FLEQUILLO Y ESAS GAFAS PERENNES SU MIRADA DECIDE LA MODA DEL FUTURO. CUATRO PROFESIONALES QUE CONOCEN DE CERCA SU TRABAJO DESGRANAN LA FIGURA DE LA PODEROSA DIRECTORA DE LA REVISTA VOGUE USA.

Anna Wintour
Obligó a Oprah Winfrey a adelgazar 10 kilos para aparecer en la portada de Vogue. Logró que ningún diseñador –excepto Valentino– apareciera en El diablo viste de Prada, el filme basado en la novela escrita por Lauren Weisberger, antigua asistente suya, bajo amenaza de vetar en la publicación a cualquiera que cometiera el error de no hacerle caso. Estuvo a punto de cancelar una entrevista con Hillary Clinton porque esta no parecía receptiva a cambiarse de ropa para la sesión fotográfica. Eliminó los reportajes de actualidad de su revista porque en ellos aparecía demasiada gente con sobrepeso. Mandó a paseo a Armani cuando este sugirió que retiraría la publicidad de Vogue si su ropa no aparecía con más regularidad en sus páginas. En 2008 incluso logró que se alterara el calendario de la Semana de la Moda de Milán, con el fin de darle tiempo para volver a Nueva York antes del inicio de los desfiles en París.



Frank Gehry, maestro de la geometría

EN SU CABEZA HAY SUSTANCIA PARA SEGUIR CAMBIANDO EL MUNDO. AL MENOS DESDE LO ESTÉTICO Y LO FUNCIONAL, ES DECIR, DESDE LO SUYO: LOS EDIFICIOS QUE DESDE HACE AÑOS NO DEJAN INDIFERENTE A NADIE. EN BILBAO NO LE OLVIDARÁN JAMÁS. SE LLAMA FRANK GEHRY Y ES, QUIZÁ, EL MEJOR ARQUITECTO DEL MUNDO.


arquitectura
Entrar en los aposentos de uno de los grandes genios de la arquitectura no es cuestión fácil de digerir. Pese a su modesto tamaño, su camiseta gris y su aspecto desenfadado, Frank Gehry impone por el aura que desprende, un tanto cortante en el saludo, desconfiado, como si le molestara la interrupción en su rutina. Basta la primera pregunta por todo lo que rodea su despacho para que abandone el hermetismo y dé paso a un carácter afable y generoso.

Es de agradecer. Hay un mundo infinito que indagar en ese universo, a unos escasos kilómetros del Pacífico, en su ciudad de toda la vida, la dislocada Los Ángeles. Solo el sofá de la entrada, de cartón reciclado, implica un golpe de genio difícil de encontrar, un dulce aperitivo antes de ingresar en la gran nave industrial donde Gehry y su firma de arquitectos esconden formas y conceptos complejos para un futuro de imaginación desbordante.