FACTORES DE LA COLONIZACIÓN
Uno de los hechos capitales del
mundo actual, es el acceso de varias docenas de países, en su mayoría del
Hemisferio Sur, a la independencia política. Mil quinientos millones de
hombres, pertenecientes a civilizaciones que parecen haber despertado de un
sueño milenario, modifican sus formas de vida para ingresar en la era de la
tecno-economía occidental.
La emancipación supone también la confrontación de
culturas, la eventualidad de la pérdida de identidad de los más atrasados
materialmente, lo que ha provocado, al mismo tiempo que actitudes de imitación,
fenómenos paralelos de repulsión. Tibor Mende ha señalado una dualidad de
posiciones: imitación de la técnica occidental y rechazo de sus valores espirituales
para afirmar otros continentes de su propia tradición. El Hemisferio Sur, en su
conjunto, se enfrenta a su primera revolución industrial.
El mundo de hoy no puede
entenderse sin la atención a un proceso que ha modificado las relaciones entre
los continentes, cuya importancia ha sido resaltada por René Remond: “Si se
quiere reducir la historia política de los últimos dos siglos a unos elementos
constitutivos, habría que retener la Revolución de 1789, la Revolución Rusa de
1917, y la emancipación de los continentes sometidos desde hace siglos a la
dominación de Europa y el hombre blanco.” Varias son las raíces de este proceso
definidor de nuestra historia.
Habría que considerar factor
estimulante el diferente ritmo de expansión demográfica. La expansión
decimonónica está posibilitada por un ingente crecimiento demográfico europeo;
el proceso inverso de la descolonización del siglo XX se produce tras la revolución demográfica de
los países del llamado Tercer Mundo, al disminuir sus tasas de mortalidad sin
que para compensar descendiera paralelamente la tasa de natalidad. Partiendo
del hecho de que la población mundial se duplica entre 1900 y 1950, Europa con
400 millones de habitantes a principios de siglo, y 600 millones de habitantes
a mediados, señala un crecimiento que es tan sólo la mitad del mundial. Estos
pueblos tienen consciencia de los niveles de vida europeos através de la radio,
televisión y viajes, y quieren igualarlo, para lo que es imprescindible su
mayoría de edad política. A una demografía galopante se une el afán de una
mejor calidad de vida.
El nacionalismo, que ha sido un
factor generador de estados en la
Europa del XIX, es la gran fuerza que impulsa a la
independencia a los países colonizados, medio siglo después. Los pueblos de
Asia y Africa son conscientes de su retraso material respecto a las grandes
potencias, pero también de sus diferencias culturales y originalidad de
tradiciones. De esta manera surge al lado de un nacionalismo modernista, que
con la imitación de Europa pretende la aceleración de su progreso, un
nacionalismo xenófobo, que pone en primer plano el fortalecimiento de las
creencias, costumbres y lenguas propias.
La coyuntura internacional es
propicia a la hegemonía europea. En la Primera Guerra los
pueblos coloniales aportan hombres o materias primas a la metrópoli; con el
choque entre las naciones que africanos y asiáticos consideraban superiores el
europeo pierde parte de su prestigio; por otra parte en la posguerra, en vez de
compensar la ayuda de las colonias durante el conflicto, las potencias europeas
se dedican resarcirse de sus problemas mediante una intensificación de la
explotación colonial. Desengañados de Europa, los líderes nacionalistas se
convierten en enemigos de sus metrópolis. El proceso se repite e intensifica
durante la Segunda
Guerra , con la novedad de que algunas colonias se convierten
en escenario bélico y soportan su carga de sufrimiento y muertes.
La actitud de las grandes
colonias es, por lo general, favorable al proceso descolonizador. Lenin acusa
al capitalismo de la explotación de los pueblos atrasados, y su posición es
continuada por Stalin; en Estados Unidos Wilson se pronuncia contra el
colonialismo en un mensaje en 1913, y al formular los 14 puntos, y años después
Roosvelt mantiene dicha postura en sus comunicados y actos internacionales. En
conjunto, Occidente ejerce una influencia estimulante, incluso las potencias
coloniales, ya que los estudios de líderes de las colonias en las universidades
europeas y la recepción de la filosofía y la ciencia occidentales muestran que
la pobreza y el atraso no son el resultado de decisiones divinas sino
consecuencia de la organización social y de conquistas mentales de los hombres.
LAS RELACIONES ECONÓMICAS INTERNACINALES
Separación
creciente.
Las naciones altamente
industrializadas exportan, sobre todo, productos elaborados, mientras que las
economías reducidas no tienen más que para comerciar con productos agrícolas y
materias primas. Gracias al progreso técnico, los primeros aumentan rápidamente
de valor y encuentran suficiente mercado. Por el contrario los productos
primarios provienen de países tercermundistas, y se ven sometidos a bruscos
cambios de precio, muy lejos de esa plusvalía progresiva. De ahí provienen para
las naciones poco industrializadas grandes dificultades, cuando han de contar
con sus exportaciones para equilibrar su economía y realizar su plan de
desarrollo.
Los pueblos pobres permanecen
siempre pobres, mientras los ricos se van haciendo inexorablemente más ricos. Y
seguirá siendo así, porque es lo que interesa al poderoso.
Más allá del
liberalismo.
Es
evidente que la regla del libre cambio no puede seguir rigiendo ella sola las
relaciones internacionales. Sus ventajas son sin duda evidentes cuando las
partes no se encuentran en condiciones demasiado dispares de potencia
económica; es un estímulo de progreso y premia el esfuerzo realizado. Por eso
los países industrializados ven en ella una ley de justicia. Pero ya no es lo
mismo cuando las condiciones son demasiado desiguales de país a país: los
precios que se forman “libremente” en el mercado pueden llevar consigo
resultados no equitativos. Es, por consiguiente el principio fundamental del
librecambismo, como regla de los intercambios comerciales, el que está aquí en
litigio. El ejemplo perfecto viene dado con Gandhi y la India.
Gandhi se oponía resueltamente a todos los
que pretendían que el futuro de la
India dependía de su capacidad de imitar a la sociedad
industrial y tecnocrática del Occidente que la había colonizado. Combatía casi
todos los sistemas que habían arraigado en ella. La salvación de la India reside, afirmaba, en
su facultad de “desaprender todo lo que había aprendido en los últimos
cincuenta años”. La ciencia no debe regir los valores humanos, y ¿no es acaso
la economía, una ciencia?, como tampoco debe la técnica dominar la humanidad;
La verdadera civilización no es la multiplicación indefinida de las necesidades
del hombre, sino, por el contrario, su deliberada limitación , a fin de
permitir a todos compartir lo esencial. La civilización occidental había
concentrado el poder en manos de una minoría, a costa de los interese de una
mayoría. Ese era un discutible beneficio para los pobres de Occidente, y una
amenaza real para las poblaciones de los países subdesarrollados.
Reparto de la renta mundial (1988)
|
|
Población (millones de hab.)
|
En % de la población total
|
Renta por hab. (en dólares)
|
Renta total (mill. dólares)
|
En % renta mundial
|
Tercer Mundo
Países de renta débil
Países de renta intermedia
URSS y países socialistas
Total de países pobres
|
3.952
2.884
1.068
365
4.317
|
77,4
56,5
20,9
7,2
84,6
|
584
320
1.930
1.930
721
|
2.964
922
2.61
702
3.666
|
17,7
5,4
12,3
4,1
21,8
|
Países de
Otros países ricos
Total de países ricos
|
751
33
784
|
14,7
0,7
15,4
|
17.470
7.880
17.080
|
13.119
216
13.380
|
76,6
1,5
78,2
|
TOTAL
|
5.101
|
100
|
3.470
|
17.046
|
100
|
QUÉ ES EL TERCER MUNDO
La mayoría de los pueblos
descolonizados se enfrentan a graves problemas de hambre, analfabetismo,
carencia de industria; pero estos problemas también agobian a naciones cuya
independencia política no es reciente. Para el conjunto de países que no han
realizado la revolución industrial se ha buscado denominaciones varias; primero
se habla vagamente de pueblos “subalimentados” (la palabra hambre se rehuyó
durante mucho tiempo en la literatura política y sociológica hasta que
rompieron el tabú las publicaciones de Josué de Castro), más tarde de naciones
“subdesarrolladas” o en vías de desarrollo.
El demógrafo francés Sauvy acuñó la
denominación de “Tercer mundo”, porque veía en estos pueblos la prolongación
del Tercer Estado de la
Revolución francesa, lo que constituía una similitud bastante
forzada, ya que en el Tercer Estado había también burgueses adinerados, pero la
expresión tenía la ventaja de sugerir que era un bloque no integrado en los
encabezados por Estados Unidos y la Unión Soviética ; también se habló de países no
alineados, pero en esta denominación política podían caber también países de
economía potente. No sin resistencia, Toynbee prefirió hablar de proletariado
exterior, Pierre Moussa de naciones proletarias, y la denominación de Sauvy se
impuso y pasó al lenguaje internacional.
El
drama del subdesarrollo afecta a los tercios de la población mundial, a más de
3.000 millones de seres humanos; en pertenecer a uno u otro sectores de la
humanidad radican las más profundas diferencias entre las naciones. Así lo
expresó Nehru en 1958: “La verdadera división del mundo contemporáneo no se
encuentra entre países comunistas y países capitalistas; sino entre países
industrializados y países subequipados.
Los especialistas más prestigiosos,
Tibor Mende, René Dumont, Josué de Castro, Alfred Sauvy, Paul Bairoch, han ido
desvelando a los occidentales la situación angustiosa en que viven la mayor
parte de los hombres en una época legítimamente orgullosa de sus conquistas
científicas y tecnológicas. El Tercer Mundo es mucho más que un tema, es la
otra cara, a veces olvidado, ya no desconocida del mundo de hoy. Se han
señalado como indicadores socioeconómicos que definen a cualquier país situado
en esta órbita de la pobreza, los siguientes:
a) Baja renta por habitante.
b) Subalimentación. Niveles
inferiores a 2000 calorías, carencia de proteínas.
c) Alta mortalidad infantil y
subsistencia de enfermedades endémicas y epidémicas.
d) Alto crecimiento demográfico.
Cifra superior al 2% anual.
e) Escasa densidad de la
infraestructura: inexistencia de una red de transportes moderna, de
organización estadística, etc.
f)
Predominio del sector agrícola sin mecanización y sin modernización de
los sistemas de cultivos y abonos.
g) Industrialización mínima, con
frecuencia de tipo extractivo.
h) Analfabetismo en gran parte de
la población. Carencia de cuadros dirigentes en la administración y técnicos en
la producción.
Situación económica de algunos países subdesarrollados en 1990 |
países
|
Crecim.
Anual
Poblac.
|
Mortalidad Infantil
|
Esperanza
De vida
(años)
|
Renta
Per
cápita
|
Impor-
Taciones
(millones)
|
Exporta-
Ciones
(millones)
|
Deuda
Exterior
(millones
|
Brasil
Etiopía
Haití
India
Irán
Marruec.
Níger
Perú
|
2,1%
2,7%
2 %
2,1%
2,7%
2,6%
3,1%
2,1%
|
60%
129%
91%
93%
46%
75%
129%
82%
|
65
45
55
59
66
62
45
63
|
2.550$
123$
400$
350$
3.853$
960$
290$
1.090$
|
24.400
1.250
280
26.000
19.250
6.820
450
3.267
|
31.400
460
115
19.000
22.500
4.300
350
3.260
|
121
3
840
623
6
20.9
1.678
17.700
|
Hemos visto que algunos países
iniciaron su industrialización en fecha tardía, Japón, Rusia constituyen dos
ejemplos de este respecto; sin embargo los países atrasados se encuentran en la actualidad con
obstáculos casi insalvables no sólo por cubrir el foso que los separa de los
desarrollados sino para iniciar un proceso auténtico de industrialización. La
razón más evidente de dicho retraso económico sería la historia colonial; es
una explicación fácil, las metrópolis mantuvieron a las en una
situación de atraso para poder aprovechar sus riquezas, en concreto para
extraer sus materias primas.
Sin negar que esta situación se
dio, es un factor insuficiente y, en todo caso, dejaría sin explicación al
atraso de las naciones que son independientes desde el siglo XIX o antes.
Bairoch a aportado otras explicaciones. Según este autor, las naciones que
llegaron a 1900 sin haber iniciado su
industrialización se encontraron con una complejidad técnica que dificultó su
propia asimilación: De ser determinante este factor habría que Japón con la Meiji (1868) y Rusia con la
emancipación de los siervos (1861) “acordaron a tiempo” su programa industrial,
treinta años más de dilación les hubiera rezagado definitivamente.
La distancia sería otro factor;
la revolución industrial se transmitió a países cercanos a Inglaterra, los
europeos, y a Estados Unidos a través de un océano que se atravesaba con
facilidad; a mayor distancia la
recepción masiva y contínua de avances
técnicos resultaba una utopía, pero Japón o es una excepción una refutación a
este principio. También señala Bairoch diferencias de clima; los avances
técnicos de la revolución industrial son aplicables a la zona templada, pero no
a la tropical o ecuatorial.
Finalmente es económicamente más difícil
industrializar a naciones con densidad de población muy alta en relación con
las densidades de los países europeos a principios del siglo XX y la mitad de
vías de explotación de recursos. Las teorías de Bairoch han sido discutidas en
sus pormenores, pero en conjunto no hay duda de que en el rastro del inicio de
la industrialización complicó la posibilidad de las primeras fases de despegue
y contribuyó de forma notoria las
diferencias de nivel entre los países industrializados y los no industrializados.
Coste de la mano de obra (comparación intercontinental)
|
|
Países
|
Total coste por hora
(En libras esterlinas)
|
Reino Unido
Italia
República Federal Alemana
Canadá
EE.UU
Portugal
Colombia
Brasil
Perú
India
Filipinas
|
2,678
3,259
3,551
3,596
3,134
1,076
0,950
0,840
0,611
0,342
0,276
|
En la O.N .U. se debatieron y
decidieron ayudas técnicas a los países del tercer mundo en varias ocasiones;
Gran Bretaña lanzó el denominado plan de Colombo, para el desarrollo del
Sudeste asiático, ante la evidencia de que la zona que se extiende entre la India e Indonesia, es una de
las más ricas del mundo, y sus habitantes se pueden incluir entre los más
pobres. Pero los
líderes de los pueblos atrasados consideraban
la guerra de los franceses en Vietnam uno de los estigmas del colonialismo, y
determinaron que debían solidarizarse para salir de sus precarias economías (a
veces reducida al trueque), en vez de confiar, al menos exclusivamente, en las
grandes potencias y su ayuda.
En esta creencia el ceilandés
Kottlawala convocó en la capital de su país, Colombo, una conferencia (abril
1954) de los primeros ministros de la zona, a la que acudieron además del
anfitrión los primeros ministros de la
India , Indonesia, Birmania y Pakistán; son los “cinco de
Colombo”. Se hablaron de grandes proyectos que provocaron la ironía de Nehru,
el más realista. En esos momentos se hundía la potencia francesa en
Dien-Bien-Fu, lo que constituía un estímulo a la confianza de los países subdesarrollados.
Pero esa independencia política acarreaba una dependencia económica; ya que los
países y grupos de países del Tercer Mundo, comercian todavía con el país o los
países capitalistas, de los cuales fueron colonias, semicolonias, o
dependencias.
Especialmente con Francia y el Reino Unido. Pero se está
manifestando una tendencia cada vez mayor a la atenuación de esos lazos
bilaterales. Si parece que África constituye una excepción, es que sólo se han
tomado en cuenta los cambios entre uno y
otro grupo de países del mismo grupo, ya
que, al respecto, el estrechamiento de las relaciones bilaterales predominantes
se ha realizado en beneficio de otros países del mismo grupo: una determinada
colonia francesa comercia menos con Francia que con Alemania o Italia, y
viceversa pues la asociación de 18 países africanos al Mercado Común Europeo ha
favorecido esta dispersión anteriormente esbozada.
En una nueva reunión de los 5 en
Bogor (Indonesia), en diciembre, se pensó en una gran convocatoria de una
conferencia de los pueblos no-blancos. Tras una intensa preparación se reúnen
en Bandung los 5 de Colombo y 24 países más, entre los días 18 y 24 de abril de
1955. El poeta y político senegalés
Senghor describe: “Bandung expresa, a nivel mundial, la toma de conciencia y la
dignidad de los pueblos de color”. En Bandung se encuentran los dos gigantes
asiáticos, Japón y China, países de independencia ya inmediata como Ghana,
países árabes como Egipto o Arabia Saudí, los dos Vietnam, prácticamente todo
el espectro político afroasiático e incluso observadores de países que luchaban
en esos momentos por su independencia. Entre sus figuras destacan Nerhu, Chu En-Lai , Sukarno; la
conferencia tiene sus propios grandes. La declaración final se resume en diez
puntos:
- Respeto
a los derechos del hombre, según recoge la carta de las Naciones Unidas.
- Respeto
a la soberanía e integridad territorial de las naciones.
- Reconocimiento
de la igualdad entre razas y naciones.
- Abstención
en la interferencia en los asuntos internos de otros países.
- Reconocimiento
de los derechos de cada nación en materia de defensa individual o
colectiva.
- Abstención
en acuerdos militares que sirvan a los intereses de una gran potencia.
- Abstención
de toda presión sobre una nación.
- Arreglo de todas las diferencias internacionales por medios pacíficos.
- Esfuerzo de cooperación en materia cultural, económica, etc.
- Compromiso a respetar la justicia y las obligaciones internacionales.
Situación alimentaria de la población mundial (1980) |
||
Muerte prematura por malnutrición
(anual)……………...5 a 10 millones (aprox.)
Pasan hambre………………………………………………500 millones
(aprox)
Están subalimentados……………………………………..1.000
millones (aprox)
Déficit proteínico……………………………………………1.850
millones (aprox)
Buena alimentación………………………………………...300
millones (aprox)
Sobrealimentados…………………………………………..1.000millones
(aprox)
|
||
Consumo de alimentos (en Kg por persona y año)
|
||
Tipos de alimentos |
Países industrializados |
Países subdesarrollados |
Cereales
Féculas
Azúcar
Carne
Huevos
Pescado
Leche
|
122,6
67,4
43,3
74,4
14,6
21,3
104,7
|
173,3
61,6
27,0
12,1
1,6
7,0
24,6
|
El tono en que se expresaron los
participantes fue el de moderación, reconociendo la deuda que tenían hacia el
humanismo europeo. Bandung (1955) fue tan solo el punto de partida de
conferencias internacionales del Tercer Mundo, como la tricontinental de la Habana (1966), la de Argel
(1973) o la de Colombo (1976), pero la solidaridad parece más difícil a medida
que pesan sobre los acuerdos de cooperación las tensiones políticas o las
diferencias ideológicas entre los regímenes. Ampliando lo anteriormente dicho,
podemos profundizar en las resoluciones de la conferencia de Bandung.
1º La conferencia afroasiática reconoce la
necesidad y la urgencia de estimular el desarrollo económico de la zona afroasiática.
Los países participantes han expresado han expresado el deseo general
de una cooperación económica sobre la base de los intereses mutuos y el respeto
de la soberanía nacional. Las proposiciones que conciernen a la cooperación
económica entre los países participantes
no excluyen el deseo y la necesidad de una cooperación con los países
exteriores a la zona afroasiática, incluyendo las inversiones de capitales
extranjeros.
2º Se reconoce que la asistencia
recibida por algunos de los países participantes
en el cuadro de acuerdos internacionales o bilaterales (asistencia procedente
de estados exteriores a la zona afroasiática) ha presentado una contribución
notable para la realización de los programas de desarrollo de los
beneficiarios.
3º La conferencia afroasiática
recomienda el establecimiento, sin retraso, de un fondo de las naciones Unidas
para el desarrollo económico. Y la asignación por el Banco Internacional de
Reconstrucción y Desarrollo, de una mayor parte de sus recursos para los países
afroasiáticos.
4º La Conferencia
está persuadida de que el fomento de la cooperación cultural figura entre los
medios más fecundos de entendimiento entre las naciones. Africa y Asia han sido
cunas de grandes religiones y de grandes
civilizaciones que han enriquecido a otras culturas y civilizaciones. Así la
cultura asiática y africana está basada en fundamentos espirituales
universales. La
Conferencia ha tomado nota del hecho de la existencia del
colonialismo en numerosas regiones de África y Asia…
Ciertas potencias
coloniales han negado a los pueblos colonizados sus derechos fundamentales
en el ámbito de la educación y cultura, lo que impidió el desarrollo de su
personalidad, así como los intercambios culturales con otros pueblos asiáticos
y africanos. Esto es particularmente verdad en el caso de Túnez, Argelia y
Marruecos, donde el derecho fundamental de los pueblos es estudiar su propia
lengua y cultura.
Bibliografía:
“Historia del Mundo Contemporáneo” -Vicens Vives
“Enciclopedia
del siglo XXI” -El Mundo
“Crónica
de la Humanidad ”
-Diario 16
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