Carta de Manuel Pimentel escribe a Algodonales

Un alcalde campechano para una fiesta con historia. Manuel Pimentel es un hombre de mundo, es cordobés de adopción, y sobre todo, tiene sangre y raíces algodonaleñas. Él nunca olvida su pueblo, siempre tiene tiempo para visitar a la familia de Algodonales. Por eso, nuestra Villa campechana lo nombró Alcalde para el 2 de Mayo de 2010. Durante tres días de fiesta, ostentó el bastón de mando de un pueblo levantado en armas, pero armas de fogueo. 

El nombre de Manuel Pimentel está ligado al campo, al derecho, a la política… pero ahora más que nunca, su nombre es literatura. Está al frente de la Editorial Almuzara, una apuesta personal por impulsar la industria del libro en Andalucía. Pero su vinculación con los libros no se limita a su faceta como editor, también se atreve con la escritura. Ha publicado varias relatos, ensayos y novelas, entre ellas Peña Laja, Puerta de Indias o El librero de la Atlátida.

Y ahora nos presta parte de su tiempo para dedicarle unas palabras a su pueblo, ese que tanto conoce, y en cuya entrada se puede leer el nombre de Manuel Pimentel. Porque su pueblo es Algodonales.
 Algodonales, desde la Antigüedad al Futuro 
Algodonales se prepara ante la invasión francesa

"Andalucía albergó las más florecientes civilizaciones de la antigüedad. Y esta afirmación no nace de mi condición de andaluz ni de enamorado de nuestra arqueología, sino de un análisis de las evidencias materiales y de un somero conocimiento de los textos clásicos.

Sin entrar en profundidades, son legión las referencias al rico país que se encontraba extremo occidental del Mediterráneo, la región del poniente. Griegos arcaicos, egipcios y textos bíblicos se refieren a la opulencia y riqueza de nuestros ancestros. La Biblia, por ejemplo, afirma que la plata del templo del Rey Salomón fue transportada desde las minas de Tarsis y, nada más ni menos, el mismísimo Platón ubicó algo más allá de las Columnas de Hércules – el actual Estrecho de Gibraltar – a la mítica Atlántida".

"Estos antiquísimos textos que muestran el conocimiento de nuestras riquezas a lo largo y ancho de las primeras culturas mediterráneas deberían hacernos reflexionar sobre su veracidad, porque son todavía muchos los escépticos. Existen condicionantes naturales que bien pudieran explicar ese pronto desarrollo de la civilización sobre nuestro suelo. En primer lugar, hasta hace unos 11.000 años, los hielos cubrían gran parte de Europa en la última gran glaciación. Sólo el sur de Europa se libró de ellos. Además, la proverbial riqueza de nuestro suelo – sobre todo el valle del Guadalquivir, uno de los territorios más feraces del planeta – pudo soportar más vida y permitir el desarrollo humano mucho antes que otras zonas frías e infértiles. 

Además, los metales de Sierra Morena – también una de las zonas mineras más ricas – eran de muy fácil extracción, por lo que pronto aparecerían sobre nuestro suelo las técnicas para aprovecharlo. La suma de esos factores, hace más que probables el desarrollo de esas primeras civilizaciones que pronto se convertirían en míticas por su riqueza y cuya fama se extendería a lo largo de todo el Mediterráneo.

Algodonales se encuentra enclavado en una zona montañosa que linda al norte con el Valle del Guadalquivir y al sur con el Mediterráneo. Todas estas civilizaciones y culturas se desplazaron sobre su territorio y se asentaron sobre los hermosos paisajes que hoy conforman su geografía. Por eso, nuestro territorio es rico en vestigios arqueológicos desde el paleolítico más remoto. Esa fue la idea que inspiró la Ruta Arqueológica que impulsamos hace unos años y que es una buena idea a mantener. Los enigmas del pasado cada día apasionan a más personas. Pero los tiempos cambian, y también se puede amar los restos del pasado a través de las nuevas tecnologías, como es el caso de este portal, Campechanos, al que deseamos la mayor de las fortunas y éxitos y al que pedimos que, siempre que pueda, otorgue relevancia a los vestigios de nuestro fastuoso pasado".

Por Manuel Pimentel Siles.

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Artículos aextraidos de la web Campechanos

La localidad gaditana de Algodonales vuelve a revivir un año más los fatídicos acontecimientos del 2 de mayo de 1810, cuando unos 7.000 soldados del ejército de Napoleón arrasaron esta pequeña población. Las casas fueron incendiadas, más de 240 algodonaleños muertos. Sólo unos pocos lograron sobrevivir, escondidos en las cuevas de las montañas. Sin embargo, esta fecha forma hoy parte del calendario festivo de este pueblo.

De ahí que su escudo sea una antigua casa ardiendo, rodeada de las palabras Por La Independencia Nacional. Durante tres días, Algodonales da un salto en el tiempo, hasta la Guerra de la Independencia. El centro del pueblo, y sus calles aledañas, se transforman en una villa del siglo XVIII. Los bares se convierten en tabernas, las tejedoras sacan los telares a la calle, y sus gentes han mudado sus ropajes. Bellas damas y sirvientas coquetas se pasean por la plaza, entre puestos de cerámica, pintura y un agradable aroma a carne a la brasa. Como en aquellos tiempos.

Desde que en el año 2005 se iniciara esta recreación histórica, esta localidad ha volcado todos sus esfuerzos en ofrecer al visitante, y a los propios algodonaleños, una fiesta inolvidable. La mayoría de los vecinos se implica de una u otra forma en la organización de esta celebración, a través de las muchas asociaciones que participan. Hay talleres, danza, exhibiciones de esgrima, gastronomía con historia, y mucha pólvora. Porque los cañones no pararán de disparar durante todo el fin de semana. Las batallas son el mayor espectáculo. Franceses contra algodonaleños. bayonetas contra azadas, una lucha desproporcionada que seguro dejará atrapados a todos los asistentes.

Desde el viernes 3 al domingo 5 de mayo, se puede sentir y vivir lo que ocurrió por esas fechas en 1810. Son tres días en los que las calles de esta tranquila localidad se convierten en un hervidero de gente, venidas de todos los rincones, para disfrutar de una fiesta única. Diversión, historia, música, gastronomía, batallas, artesanía... todo eso y mucho más te espera en Algodonales.

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