Las
implicaciones y el alcance del concepto “logística” son con frecuencia
desconocidas. Generalmente se suele asocial a sólo una parte de la cadena de
suministro, logística = transporte, obviando el resto de elementos y fases que
en ella intervienen.
Incluso
nuestro sistema educativo ha olvidado tradicionalmente incluir la logística
dentro de los planes de formación reglada existiendo una Formación Profesional
del Transporte desde hace muy poco tiempo.
El Diccionario
de la Real Academia de la Lengua Española, hasta una de sus actualizaciones más
recientes, tan sólo contemplaba el concepto en lo relativo al ámbito militar,
donde se encuentra su origen) y como una parte de la lógica matemática. También
el diccionario de María Moliner va en consonancia únicamente a estas dos acepciones.
El
diccionario RAE ha incorporado recientemente una nueva acepción que trata, de
forma limitada, de definir la logística empresarial:
“Conjunto de medios y métodos necesarios para
llevar a cabo la organización de una empresa, o de un servicio, especialmente
de distribución”
Desde una
perspectiva mucho más técnica, el Councel of Logistic Management la define
como:
“Proceso de planificar, llevar a la práctica y controlar el movimiento y
almacenamiento de forma eficaz y costos
efectivos de materias primas, productos en fabricación y productos
terminados y la información con
ellos relacionada, desde el punto de origen hasta el lugar de consumo, con el
fin de actuar conforme a las necesidades
del cliente”
Estamos ante
una definición mucho más amplia que requiere de un análisis en profundidad:
Planificar, llevar a la práctica y controlar. Como todo
proceso de gestión, la logística se inicia en la planificación, es decir,
conocer la demanda y en función a ésta asignar los recursos que resulten
adecuados y necesarios. Una fase posterior sería trasladar a la realidad las
estrategias y operativas necesarias para el logro de los objetivos
preestablecidos y, en último lugar, el control y análisis de los resultados.
Eficaz. La satisfacción de los clientes dependerá
en gran medida de la eficacia del sistema logístico de tal forma que todos los
esfuerzos realizados para satisfacer la demanda carecerán de sentido si falla
la logística.
Costos efectivos. Los costes
logísticos se integran dentro del conjunto de costes asociados a los productos y/o
servicios. En un ambiente competitivo, reducir los costes logísticos posibilitará
la adquisición de ventajas competitivas.
Información. Los cambios
tecnológicos en los sistemas de tratamiento de la información ocurridos en las
últimas décadas han favorecido el desarrollo de la logística. La información generada
desde la logística y volcada a la información en su conjunto resulta decisiva en
la interacción con los agentes externos como mercado de demanda y de
aprovisionamiento. Del mismo modo, la información generada en los propios procesos
internos constituirá una herramienta
fundamental en el proceso de mejora de procesos. En un entorno de mercado dinámico como el que actualmente preside
las relaciones comerciales, poseer información veraz y en tiempo real es
esencial para la rápida y eficaz toma de decisiones.
Necesidades del cliente. Como ya
hemos mencionado anteriormente, de la logística dependerá, en gran medida, la
satisfacción de los clientes. El cliente es el centro y objetivo de toda la
organización, y la logística incluye los
últimos eslabones de contacto entre organización y cliente como la
organización de la distribución y el transporte.
Con el fin
de satisfacer adecuadamente las necesidades presentadas por un cliente,
previamente tendremos que habernos aprovisionado de aquello que necesita, haberlo
transformarlo, de ser necesario, en función de sus exigencias, tenerlo en stock
y bien localizado, conocer su cantidad y estado… Y todo ello con el fin ponerlo
a su disposición en el lugar, condiciones y momento adecuados y previamente
pactados a la vez que se mantiene en todo el anterior proceso una estructura de
costes competitiva.
En
conclusión, logística no es sólo transporte, ni no que abarca tareas vinculadas
a la planificación, el aprovisionamiento, los procesos, la gestión, el control
de stocks, su almacenaje, su distribución física y, finalmente, el transportes.
Por ello, la
asociación de logística con transporte, si bien no es errónea, sí que resulta
incompleta pues, a pesar de ser uno de los eslabones estratégicos y fundamentales
que conducen al adecuado cumplimiento de los objetivos empresariales, no es el
único.
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