Reseña del capítulo “Géneros
ciberperiodísticos”, publicado por Ramón Salaverría en Redacción periodística en internet, págs. 141-167, 2005.
Bajo las cerca de treinta páginas en que
se desarrolla este artículo subyace una idea fundamental: la modificación de
los géneros periodísticos clásicos al
nuevo medio Internet como consecuencia de haber asumido cada uno de ellos, en
mayor o menor grado, las tres características intrínsecas a la red, a saber,
hipertextualidad, interactividad y multimedialidad, dando lugar con ello a lo que
podríamos denominar géneros
ciberperiodísticos.
El desarrollo de esta idea es efectuado
por su autor, Ramón Salaverría, analizando cada uno de éstos géneros
ciberperiodísticos, lo que constituye a su vez una serie de ideas subordinadas
a la principal que sirven de explicación a ésta. Éstas ideas subordinadas que
subyacen bajo la totalidad del texto son:
· Los géneros
ciberperiodísticos siguen cumpliendo las funciones tradicionales sirviendo de
modelo de enunciación para el escritor y de horizonte de expectativas para el
lector.
· La hibridación entre géneros
propiciada por las características expresivas de la hipertextualidad, la
multimedialidad y la interactividad.
· Surgen nuevos géneros, como
la crónica en directo o la crónica flash.
· Diferentes grados de
asunción entre los diferentes géneros ciberperiodísticos respecto a la
hipertextualidad, multimedialidad e interactividad.
· Diferencia entre realidad y
posibilidades que ofrece el medio.
· En algunos de estos géneros,
como en la crónica en directo, se aglutinan características propias de internet
junto con características tradicionalmente de medios audiovisuales.
· Distinción de la infografía
como género ciberperiodístico que mejor ha aprovechado las posibilidades
expresivas del ciberespecio.
· Planteamiento de los weblogs
como puntos de partida en los que los géneros ciberperiodísticos han de fijarse
con el fin de “exprimir” las posibilidades de internet.
Una primera visión general del texto
apunta hacia una estructura bien articulada y por lo tanto, clara en sus
planteamientos.
El artículo parte de una introducción en
la que el autor expresa en forma general las características de los géneros
ciberperiodísticos y su conexión y/o justificación con los géneros clásicos: “los géneros ciberperiodísticos se
caracterizan por amalgamar dos lenguajes periodísticos previos: el redaccional
de la prensa impresa y el audiovisual de la radio y la televisión (…) siguen
cumpliendo las funciones tradicionales de todo género literario o
periodístico…”. Del mismo modo, explica cómo hipertextualidad,
multimedialidad e interactividad inciden en los géneros ciberperiodísticos (en
sentido general) e impulsan la hibridación entre ellos.
Concluida la introducción, Ramón
Salaverría desarrolla su texto en seis epígrafes bien diferenciados y
coincidentes con cada uno de los géneros ciberperiodísticos analizando, esta
vez de forma particular, cuáles son sus características, sus similitudes con
los géneros clásicos e, incluso, sus carencias y perspectivas de futuro: 4.1 La
noticia, 4.2 La crónica, 4.3. La entrevista y otros géneros dialógicos (charla,
foro y encuesta), 4.4. El reportaje, 4.5. La columna y otros géneros
argumentativos y 4.6. La infografía.
Por lo tanto, la estructura formal,
externa, del texto responde sólo en parte al generalizado esquema de
introducción, cuerpo y conclusión, pues ésta última no aparece en el texto tal
vez porque éste forma parte de una obra mayor en cuya parte final si que
podamos observar la existencia de unas conclusiones que, al menos en parte,
harán referencia a este capítulo.
Analizada la estructura externa de este
artículo, resta por estudiar si las ideas expresadas por el autor presentan la
solidez necesaria y si éstas se hallan convenientemente relacionadas.
Cabe destacar en primer lugar que el
planteamiento realizado por Ramón Salaverría parte de lo general hacia lo
particular; como hemos señalado anteriormente, la introducción versa sobre los
géneros ciberperiodísticos y sus características generales a partir de las
nuevas formas expresivas aportadas por la hipertextualidad, la multimedialidad
y la interactividad, así como el papel jugado por estos tres aspectos en la
llamada hibridación de géneros. Todo ello sin hacer referencia a ningún género
en particular. De este planteamiento general pasa directamente a un enfoque
particular centrado en cada uno de los géneros ciberperiodísticos,
correspondiente con cada uno de los epígrafes en que se articula el texto,
tratan en cada caso y de forma pormenorizada los mismos aspectos planteados de
forma general en la introducción. Sigue así una estructura similar a lo largo
de todos los apartados, lo cual facilita enormemente la comprensión de las
ideas expuestas.
Por otro lado, es necesario destacar la
continua referencia a otros autores (Jacques Mouriquand, Jim Hall o Maurizio
Dovigi entre otros) y a sus planteamientos, así como a los libros de estilo de
El Mundo o Vocento, recurso éste que enriquece el texto a la vez que sirve de
base para ilustrar o apoyar las ideas tratadas.
Toda buena explicación no puede estar
carente de ejemplos ilustrativos. Es también recurso del autor emplear algunos
ejemplos, si bien hubiese sido deseable utilizarlos en todos y cada uno de los
géneros tratados. El más ilustrativo de ellos sería el empleado para ejemplificar
lo que es una crónica en directo. Tal vez no siempre sean estrictamente
necesarios, pero nunca están demás si uno de los objetivos es la clara
asimilación de los contenidos por el lector.
Y en cuanto al discurso empleado por el
autor, habría que señalar dos aspectos: por un lado, el lenguaje empleado, y por otro, la interrelación de ideas.
Respecto al primero, cabe citar la claridad explicativa del autor que, sin
dejar de emplear términos técnicos, por otro lado imprescindibles dado el tema
a tratar, logra transmitir fácilmente sus ideas a través de un vocabulario de
fácil comprensión. Además, las ideas expuestas se hallan bien relacionadas unas
con otras; emplea el weblog como ejemplo a seguir en mas de una ocasión o
recurre continuamente a la hipertextualidad, la multimedialidad y la
interactividad como ejes de estos “nuevos” géneros ciberperiodísticos.
En definitiva, y sin necesidad de tener
que extendernos más: estructura adecuada y presentación de ideas clara.
Una de las primera ideas que se prestan a
debate tras la lectura de este artículo es la consideración de los géneros
periodísticos como nuevos géneros o bien como géneros clásicos “adaptados” al
nuevo medio. El punto de vista del autor no deja lugar a dudas al hablar de los
géneros ciberperiodísticos como nuevos
modelos de producción editorial en los cibermedios (página 143), si bien
éstos tienen en su base a los géneros periodísticos clásicos pues los géneros ciberperiodísticos siguen cumpliendo
las funciones tradicionales de todo género literario o periodístico. No se
trata por tanto de una mera adaptación al nuevo medio, internet, si no del
nacimiento de nuevos géneros, con nuevas características, capaces de explotar
nuevas formas expresivas, si bien sus orígenes, e incluso algunas de sus
funciones, radican en los géneros clásicos. Tal vez el mejor ejemplo de ello
sea la crónica en directo, inexistente en la prensa impresa, por motivos más
que obvios, y que toma algunos aspectos de las narraciones deportivas de la
radio y la televisión a la vez que reducen el papel del periodista a mero
narrador de los hechos. Por tanto, si no existe en otros medios, si toma
variados aspectos de otros medios y además transforma el papel del periodista,
¿no es acaso un nuevo producto?, en este caso, ¿un nuevo género? No sería sin
embargo éste el caso de otros géneros, principalmente los argumentativos tales
como las columnas de opinión o los editoriales, mantenidos casi intactos en el
ciberespacio como en los medios tradicionales.
En otro orden de cosas: “la infografía es, probablemente, el género
periodístico que más rápidamente y con mayor acierto ha aprovechado las
posibilidades expresivas del ciberespacio (…) género de vanguardia en el uso de
la hipertextualidad y la multimedialidad, y también, cada vez en mayor medida,
de la interactividad”. Son palabras del autor, contundentes y necesarias de
citar no por debatir, si no por apoyar una idea real y cierta. Si observamos
cualquier medio digital observamos a su vez que sólo las infografías aúnan como
ningún otro género texto, imagen fija, imagen en movimiento, gráficos, etc.
Un último planteamiento, entre otros
posibles, merece nuestra atención: “todo
indica que en ese entorno (el entorno del fenómeno de los weblogs) se están gestando hoy en día muchas de las
características formales que reconfigurarán en el futuro estos géneros de autor
en los medios”. Los weblogs muestran una clara asunción de las nuevas
fórmulas expresivas aportadas por la hipertextualidad, la multimedialidad y la
interactividad; los weblogs muestran enlaces no sólo internos, si no también
externos (hipertextualidad), así como la conjunción de texto, audio, video,
imagen (multimedialidad) y diversas formas de interactividad como foros o
chats. Resulta curioso como un medio en origen personal y que puede, y de hecho
es, desarrollado por cualquier usuario de internet, servirá de ejemplo a seguir
por grandes medios profesionales que no acaban de integrar al cien por cien
esos aspectos que ya son una realidad del ciberespacio.
Como conclusión final, nos hemos
encontrado ante un texto claramente estructurado a través del cuál el autor ha
expuesto una serie de ideas apoyadas tanto en la realidad como en estudios
previos, empleando para ello un lenguaje técnico a la vez que fácilmente
comprensible, es decir, apropiado.
Tal y como hemos señalado en otros
trabajos, ser usuario no implica el conocimiento. La mayoría de usuarios de
internet son (o somos ) autodidactas pero es necesario informarse rigurosamente
acerca de aspectos tan esenciales como los géneros ciberperiodísticos, la
hipertextualidad, la multimedialidad, la interactividad, etc. con el fin de
poder valorar acertadamente las verdaderas dimensiones de un nuevo medio de
comunicación e información, internet, que está transformando el mundo, borrando
fronteras, eliminando distancias, acortando tiempos hasta la casi absoluta
instantaneidad y, en definitiva, acercando personas.
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