Reseña de “Lecciones
de la historia de Internet”, capítulo escrito por Manuel Castells y extraído
del libro CASTELLS, Manuel: La Galaxia Internet,
págs. 29-49, 2001.
Resulta un tanto
complicado extraer las ideas fundamentales que articulan el texto de Castells
dada su profundidad y abundancia de datos e información sin embargo, tras una
lectura atenta y detallada del mismo se desprende una idea general que se sitúa
en la base del resto de planteamientos desarrollados: internet surge,
evoluciona y alcanza una posición global gracias a la convicción de la gran
mayoría de los que han participado en el proyecto el cual debía ser una red
global y de carácter abierto que facilitase la comunicación y el intercambio de
información. Lógicamente no es su única causa, pero sí el impulso fundamental
para que internet sea lo que hoy es.
De la mano de esta
idea general que impregna todo el texto se desarrollan una serie de ideas no
secundarias, pero sí subordinadas a ésta que constituyen su explicación misma,
y que a su vez, configuran la estructura del texto en seis epígrafes o, como el
autor los denomina, “lecciones” (aspecto éste que detallaremos en profundidad más
adelante) y entre las que podrían ser señaladas:
·
La conjunción de la investigación
científica, la investigación militar y la cultura de la libertad.
·
El interés de los participantes
por ir más allá de los intereses militares iniciales.
·
El importante papel jugado por
los propios usuarios en el desarrollo de internet.
·
El desinterés de las empresas
privadas y organismos públicos que facilitó el avance de la red en un ambiente
de libertad.
·
Otros.
Introducción,
desarrollo y conclusión son las tres partes generales en que se articula o debe
articular todo escrito. Sin embargo, este artículo presenta una carencia: no
aparece conclusión alguna al final del mismo, tal vez porque ésta se presente
al final de la obra, englobando a su vez los contenidos de este artículo.
Por el contrario, la
introducción aparece bien definida, mientras que el desarrollo se vertebra en
seis “lecciones” que abarcan los aspectos que en mismo número ha deseado tratar
el autor.
La introducción
antecede directamente al primer epígrafe, aparece bien diferenciada, y en ella
el autor expresa claramente sus intenciones: “…me concentraré en lo que parecen ser las principales lecciones que
deben obtenerse de los procesos que condujeron a la formación de Internet…”;
a la vez que justifica la necesidad de este artículo: “La historia de Internet sirve para comprender su evolución posterior”.
A partir se ahí se
inicia el desarrollo de las ideas en forma de seis epígrafes concretos que
versan sobre diferentes aspectos: un repaso a la historia de internet desde sus
primeros orígenes, el papel jugado por la conjunción de la investigación
científica, la investigación militar y la cultura de la libertad, la
importancia de las culturas alternativas, de la instauración de una
arquitectura abierta y de los propios usuarios en la configuración del carácter
abierto de la red, y los procedimientos seguidos para asegurar las funciones de
comunicación y coordinación en la red.
Vista la estructura
formal de este texto, por otro lado sencilla, nos adentraremos en otros
aspectos formales tales como el lenguaje empleado, la interrelación de ideas en
el discurso o los recursos empleados por el autor para el desarrollo de sus
ideas, así como la solidez, coherencia y consistencia de las mismas.
Respecto al lenguaje
empleado por el autor, si bien no emplea términos complejos, la propia temática
del artículo exige términos, conceptos y, sobre todo, abundantes nombres
personales y de instituciones que requieren un previo conocimiento del tema
para su adecuada comprensión: ARPANET, IPTO, MIT, SRI, PRNET, SATNET, TCP, MILNET,
NSFNET, UNIX, FIDO, BITNET son sólo algunos ejemplos de lo mencionado
anteriormente que permiten apreciar la complejidad del tema, especialmente para
los no iniciados. Aún así el autor, consciente de ello, se preocupa por ofrecer
definiciones o aclaraciones al hilo del discurso narrativo que permitan una
fácil comprensión del mismo.
Del mismo modo, la
abundancia de nombres personales vinculados al nacimiento y desarrollo de
internet, por otro lado necesarios, cuando no imprescindibles de mencionar,
también puede dificultar la lectura y compresión.
Por lo tanto,
lenguaje adecuado únicamente dificultado por las propias características
intrínsecas del tema tratado.
En otro orden de
cosas, las ideas expuestas por Castells ofrecen una consistencia sólida,
apoyada en la abundancia de datos e informaciones de carácter objetivo
aportadas. Así mismo, las interrelaciona ágilmente. Por ejemplo, en el primer
epígrafe, “Una visión panorámica de la historia de Internet (1962-1995)”,
sigue, de forma lógica, una secuencia de los hechos en orden cronológico, pero
basándose de forma global no en una secuencia lineal, sino en las grandes
fuentes para la constitución de internet: ARPANET, la corriente de los Tablones
de Anuncios Electrónicos, el movimiento de software de fuente abierta o la
invención de la world wide web.
Otra aspecto que
pone de manifiesto la interconexión de ideas reside en la importancia otorgada a
la cultura de la libertad o cultura libertaria. Si en la segunda parte de este
artículo se expone como un factor primordial en el desarrollo de internet en
conjunción con las investigaciones científica y militar, en el siguiente
apartado, “Internet y las culturas alternativas”, se ocupa de ella en
exclusiva, y en los dos siguientes expone como a partir de dicha cultura o
pensamiento de la libertad, surge la arquitectura abierta que posibilita
internet tal y como hoy lo conocemos (“Internet: una arquitectura abierta”), y
cómo ésta arquitectura abierta permitió a su vez, en ese clima de libertad
creadora, que internet haya sido configurado por el propio uso de los usuarios
(“La autoevolución de Internet: la configuración de la red por su uso”).
Como conclusión a estos
aspectos más formales del texto podemos incidir en una estructura formal clara
constituida por una introducción y seis epígrafes bien definidos, lenguaje
adecuado y únicamente complicado por la propia densidad de la temática tratada,
e interrelación de ideas coherente y sólidamente apoyada en informaciones objetivas.
Vistos los aspectos
formales de este artículo de Castells (estructura, lenguaje, discurso) entraremos
en el análisis de las ideas expresadas por el autor. Son muchas las ideas que subyacen
bajo los diferentes epígrafes que articulan el texto, por ello nos centraremos
en aquellas que, a nuestro juicio, consideramos de mayor relevancia, sin que
por ello se esté relegando al resto a una posición inferior pues, es
precisamente la conjunción de todas ellas unidas, lo que permite captar el
asunto fundamental expresado y ya mencionado al comienzo de este escrito.
En primer lugar destacar
cómo un proyecto inicialmente ideado con fines militares fue capaz de superar
dicha barrera y transformarse en un nuevo sistema de comunicación e información
global capaz de alcanzar potencialmente a la totalidad de la Humanidad. Es,
como bien menciona el autor, “el proceso de creación de un nuevo mundo” pues es
evidente que el mundo de hoy con internet y sus posibilidades, dista mucho de
lo que era hace apenas tres décadas. Resulta especialmente interesante como el
carácter abierto de ARPANET, hecho precisamente así de forma intencional con el
fin de idear un sistema de comunicaciones militar que resistiese un hipotético
ataque por parte de la Unión Soviética en pleno clima de la Guerra Fría,
permitió que se desarrollase en el seno de la comunidad universitaria dentro de
un ambiente dónde predominaba la llamada cultura libertaria que, en este
aspecto, se orientó a la creación de un sistema de comunicaciones global. Es
igualmente interesante apreciar como desde los inicios, ARPANET permitió una
mejor y más fluida comunicación entre todos los participantes del proyecto (… ARPA estaba formada por científicos
universitarios, sus colegas y los alumnos de sus colegas, y consiguió generar
una red de contactos fiables en el mundo universitario…), tal y como
décadas más tarde ocurriría entre todos los usuarios de internet. En
definitiva, los fines inicialmente militares de ARPANET se vieron superados por
las intenciones de un grupo de científicos informáticos cuya intención era
“desarrollar una red que evolucionara como un sistema abierto de comunicación
entre ordenadores, capaz de englobar al mundo entero”.
Castells sitúa
explícitamente el nacimiento de internet en 1995 (Internet nació en 1995, dice), con la divulgación del navegador
Netscape Navigator a través de la red y la creación por parte de Windows de su
propio navegador, Internet Explorer. En algún punto cronológico hay que situar
el nacimiento de internet. No cabe duda que el nacimiento de internet con su
actual carácter global y abierto, podría ser ubicado en tal fecha, dado que a
partir de entonces comienza su gran, veloz e imparable difusión a lo largo y
ancho del mundo. Sin embargo cabría preguntarse si no sería más adecuado
adelantar la fecha pues ya a finales de los sesenta se había establecido una
red de comunicación entre ordenadores y desde finales de los setenta, se habían
formado varias comunidades interactivas de científicos y hackers que en
definitiva, no eran si no la esencia base de lo que más tarde sería internet.
Desde nuestro punto de vista, sería más adecuado situar en 1995 el nacimiento
del carácter global de internet de forma expresa y su imparable evolución,
mientras que el nacimiento de internet como red de comunicación se situaría en
el mismo momento en que estuvo presente en las mentes de los eruditos que lo
llevaron a cabo, allá por la década de los sesenta. Aún así, se trata de una
idea abierta cuyo debate sería de un gran interés.
A modo de
curiosidad, resulta especialmente “anecdótico” como empresas privadas y
organismos públicos no creían para nada en la idea de internet y no mostraban
interés alguno por el descubrimiento.
La arquitectura
abierta de internet propició, y continúa haciéndolo, su avance y desarrollo por
parte tanto de empresas como de usuarios, gracias al mantenimiento de esa
“cultura libertaria” que impregna el nuevo medio. Pero especial relevancia
tiene la idea aportada por el autor bajo la expresión “la autoevolución de
internet”. Internet evoluciona por sí mismo, o lo que es lo mismo, por parte de
los usuarios. Su carácter abierto ha permitido que los usuarios con
conocimientos tecnológicos se hayan transformado en “productores de tecnología
y en configuradores de la red”. Quizás por vez primera un proyecto, un producto
o como lo queramos llamar no es desarrollado ni mantenido por grandes empresas,
instituciones o gobiernos, si no que la verdadera esencia de internet son sus
usuarios, ellos lo mantienen vivo, lo evolucionan y lo perfeccionan dentro de
un clima de libertad de alto grado quizás imposible en medios de comunicación
tradicionales. Internet crece día a día gracias a sus usuarios, y especialmente
a aquellos más activos capaces de proseguir con su desarrollo.
Éstas son algunas de
las ideas que consideramos de mayor relevancia expresadas por el autor, sin
olvidar que del texto se desprenden otras muchas sobre las que también sería
interesante detenerse a analizar y debatir.
En conclusión, para
conocer internet no debe bastar únicamente con su uso, es necesario algo más;
tal y como señala Castells en la introducción de su artículo "La historia
de Internet sirve para comprender su evolución posterior". Esta,
aparentemente, simple afirmación, por otro lado aplicable a cualquier área del
conocimiento humano, constituye la justificación de éste y otros estudios. Como
usuarios de Internet, en muchas ocasiones creemos conocerlo pero ¿es eso
cierto? ¿comprendemos internet? Debemos pararnos a reflexionar por qué internet
es como es, básicamente libre, interactivo, global, hipertextual, etcétera y
para ello es fundamental conocer su Historia, dónde y cuándo nació y
especialmente, cuáles eran las motivaciones y visiones de futuro de aquellos
que participaron en su creación. Sólo conociendo tales aspectos podremos
alcanzar a conocer la verdadera dimensión de internet en todos los campos de la
vida humana, así como sus posibles perspectivas de fututo pues internet, como
medio de comunicación e información, en modo alguno está cerrado si no, tal
vez, más abierto a la evolución que nunca. Por lo tanto, queda plenamente
justificada la existencia de este artículo no sólo para conocer la Historia de
Internet, si no también para comprender su filosofía de
funcionamiento.
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