El flujo
tradicional de productos se consideraba un flujo unidireccional es decir, únicamente
consideraba el de éstos desde los productores hasta los clientes sin embargo, ¿es
éste el único flujo de productos posible? Rotundamente, NO.
Por razones
muy variadas, tanto la mercancía como la información han de retornar a su punto
de origen. A pesar de este condicionante, aún existen muchas compañías que no han
definido y estructurado su proceso de logística
inversa.
Si antes
hablábamos de la “4P’s”, ahora deberíamos añadir una quinta, la Postventa, en base a que los clientes
precisan de empresas que se muestren capaces de solventar en forma, plazo y con
eficacia y eficiencia cualquier tipo de incidencia que se pueda producir una
vez el producto está en su posesión.
En
definitiva, estamos hablando de exigencia estratégica o, lo que es lo mismo, la
búsqueda constante de la excelencia en el servicio, y sobre todo, la excelencia en la gestión de sus sus ineficiencias.
Junto a esta
cuestiones de márquetin ya expuestas, también existen motivaciones de índole
económica que apoyan la necesidad e importancia de la logística en las compañías.
Al respecto, siempre debemos tener presente que cada € ahorrado revertirá de
forma automática en el beneficio. Frente a ello, cada € vendido no supone un
incremento del beneficio en la misma proporción
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