El fotolibro en la era digital

Con más de 160 años de historia, el fotolibro, que era antes un producto al cual se accedía a través de costosos y complejos procedimientos de impresión, estando limitado a pocos fotógrafos, en la era digital pasa a ser un producto accesible a todos de manera económica y sencilla.


fotolibro fotografía

El primer fotolibro que recuerda la historia fue creado por uno de los pioneros de la fotografía e inventor del sistema negativo positivo, el inglés William Henry Fox Talbot, quien editó entre 1844 y 1846 el libro "The pencil of Nature" (El lápiz de la naturaleza). Está integrado con 24 calotipos junto a un texto de introducción donde Talbot relata la invención y el desarrollo de su procedimiento que, a diferencia del daguerrotipo, permitía realizar múltiples copias de un mismo negativo.
Las copias al calotipo estaban pegadas sobre las hojas del papel del libro, puesto que no era posible hacer la impresión simultánea de las imágenes y de los textos. A partir de entonces, fueron desarrollados diversos procedimientos de fotomecánica, pero ninguno permitía la impresión simultánea de tipografía (textos) y de imagen. Recién en 1880, gracias a la invención por Stephen H. Horgan del "cliché" o autotipía, se publicó en el "Daily Graphic" de Nueva York la primera fotografía junto a los textos. Hasta entonces, lo que se hacía era grabar con un punzón la imagen copiada de una foto.
Este desarrollo fue revolucionario para el fotoperiodismo, puesto que permitió difundir las fotografías de manera directa, sin la intervención de un grabador, a través de la prensa cotidiana y en las revistas, además de los libros que, en las ediciones más costosas, hasta entonces incluían fotos adheridas a las páginas impresas con métodos de mayor calidad como la woodburytipía. A partir de entonces el fotoperiodismo comenzó a diferenciarse como una especialidad dentro de la fotografía, difundiéndose de una manera sorprendente. En Argentina, fue la revista Caras y Caretas fundada por Eustaquio Pellicer en 1898 la primera en tener un equipo de fotógrafos.
¿Por qué fue un cambio tan revolucionario? Sucedió que el grabador, esto es, la persona que copiaba la foto para trasladar el diseño a un taco de madera que, entintado, permitía su impresión en papel común, hacía su propia interpretación de la imagen tal como sucede en toda reproducción artesanal. Agregaba o quitaba elementos puesto que la imagen era abordada como un dibujo y no como una copia fiel de la realidad, donde el mayor o menor nivel artesanal del grabador se reflejaba en el resultado final. Además, el "half-tone" —tal el nombre de este proceso fotomecánico— era más rápido y preciso, lo que garantizaba la verdadera fidelidad respecto al original.
Sin embargo, todos esos procedimientos, tienen carácter industrial, requiriendo de grandes inversiones y de un trabajo de especialistas integrado por editores, diseñadores gráficos, armadores de páginas, impresores, encuadernadores. El fotolibro fue siempre un producto exclusivo, accesible a una minoría de fotógrafos que por la aceptación de su obra en el mercado, permite su realización ya sea a través de la recuperación de la inversión por las ventas, o gracias a mecenas, subvenciones públicas o privadas, pero que jamás podía realizar un aficionado o, incluso, profesionales sin recursos. Existe todo un trabajo de pre-prensa, y después la impresión en sí misma junto al costo del papel que sólo se justifica en tiradas de muchos ejemplares.
Para los aficionados —e incluso los profesionales, que tienen que hacer pocos ejemplares— el álbum y la carpeta de fotos es lo que le permite darle un cuerpo a un conjunto de fotografías. Aunque resulte una obviedad mencionarlo, los álbumes consistieron siempre en hojas encuadernadas diseñadas para contener las fotografías en papel, generalmente en formatos de post-card (9x 12 cm) y de portrait-cabinet (11x 15 cm). Lo cierto es que el álbum ha sido la manera esencialmente popular, democrática y de gran difusión, empleada para conservar las fotografías de carácter familiar, que conserva plena vigencia ya que permite que las fotos sean alternadas, agregadas o quitadas.
Un producto intermedio, que es en cierta medida el "antecedente ideológico" del fotolibro digital, ha sido encuadernado de las fotografías, en lo que genera una suerte de libro al cual se le incorporan páginas con textos. En este caso, todas las fotos deben estar impresas en un tamaño idéntico. Este tipo de producto es empleado por los fotógrafos de sociales y es como están conservadas las fotografías del Concurso de la Feria del Libro desde su primera edición en 1994, que se encuentran en la Biblioteca Nacional.
Albumes con las fotos sueltas colocadas dentro de una carpeta fueron también producidos para la difusión de eventos trascendentes, cuando por razones económicas no era posible producir un libro o cuando se requería de una alta calidad de impresión en una época que no existían sistema de impresión de alta calidad.
Nadar recurrió al pegado de fotos en álbumes para comercializar su galería de personajes notables de Francia, en Buenos Aires el italiano Benito Panunzi realiza en 1865 su álbum "Vistas y Costumbres de Buenos Aires" y en Montevideo, en 1866, la Casa W. Bate & Cía comercializó "La Guerra Ilustrada", una carpeta con 10 fotografías realizadas por Esteban García en la Guerra de la Triple Alianza (1865-1879) en la que se enfrentaron Argentina, Brasil y Uruguay contra el Paraguay. También hicieron álbumes Antonio Pozzo sobre la campaña del general Julio Argentino Roca en la Patagonia, para mencionar unos pocos ejemplos.
El álbum, esas páginas encuadernadas con hojas de papel o de plástico, con fundas o autoadhesivo, es parte integral de nuestra cultura y en él se deposita buena parte de la historia familiar; los momentos que no aparecen en los diarios pero que son tan o más importantes ya que hablan de uno mismo porque nadie guarda, excepto que sea un investigador, recortes de diarios con los grandes eventos de interés comunitario, pero si las fotos íntimas, personales.

Las fotos en el papel

Hoy tenemos múltiples formas de guardar, compartir o enviar fotografías gracias a la tecnología digital, que tiene una capacidad de crecimiento verdaderamente notable, pero también sabemos que una foto adquiere su real dimensión cuando queda fijada en la superficie de un papel, sea cual fuere el sistema o método de impresión.
Es aquí que surge el fotolibro digital, como un producto en el cual se combina la realización artesanal del único o pocos ejemplares, con la calidad de presentación de un libro surgido de una imprenta.
Este modo de realización y de presentación de las fotografías y de muchos otros documentos en papel —porque también podemos incluir postales, cartas, entrada de espectáculos que nos recuerde gratos momentos, bastando para ello escanearlas—, es ahora posible con una gran economía de recursos.
El fotolibro digital no es solo una poderosa herramienta de realización destinada a los aficionados, sino que en manos de un fotógrafo profesional, dedicado a eventos sociales, le permite desarrollar productos de manera más rápida y sencilla, para darle un gran valor agregado a su trabajo esencial, que es tomar las fotografías.
En este sentido, el fotolibro puede tomar dos direcciones: aquel realizado por el propio aficionado para ordenar sus fotos, ya sea a modo de un álbum integral en el que combina textos y otras imágenes, o como un producto profesional ofrecido por el fotógrafo de sociales. Eso queda en la imaginación de cada uno, pero las posibilidades son realmente notables.
Por otra parte, no es un producto que viene a sustituir algo ya existente como el clásico álbum de fotos, que aun conserva vigencia ya que posee características diferentes: el álbum funciona como un archivo móvil y abierto, en el que las fotos se pueden quitar, agregar, cambiar de lugar, mientras que el fotolibro es un producto cerrado y de mayores posibilidades creativas y de calidad de presentación.

El fotolibro, su realización

Se basa en un software de manipulación de imágenes, textos y diseño gráfico, concebido como una maqueta del libro o un módulo de diseño al cual se le van incorporando las imágenes en base a diversos diseños de página, tipografías, con una o más fotos en cada una, con textos, recuadros y que, a diferencia de los programas de edición profesionales, que son por un lado muy costosos pero que, además, requieren de un gran entrenamiento y de conocimientos avanzados de diseño gráfico, el fotolibro puede ser realizado por alguien sin experiencia en gráfica bastando su buen gusto e imaginación.
De esta manera, el usuario es su propio editor y diseñador gráfico, así como el escritor y fotógrafo de un libro que, finalmente, envía por Internet o lleva a la casa de fotografía o lugar que ofrece el servicio en un soporte de archivo (CD, tarjeta de memoria, Pen Drive, etc.), para ser finalmente impreso en tiradas que pueden ser de un único o de varios ejemplares.
Existen diversas variantes y modalidades en la instrumentación y ejecución del fotolibro, que comienzan a ser ofrecidos en el mercado de Argentina por varias empresas a las cuales hemos invitado para que expliquen las características de cada uno.
Al tratarse de un nuevo producto, queda abierta la exploración de sus posibilidades, tanto para quienes ofrecen los servicios de fotoacabado —que son en buena parte los responsables de ofrecer y difundir la idea entre sus clientes— como de parte de los profesionales de eventos y, naturalmente, los aficionados y usuarios en general de fotografía, que ahora cuentan con una interesante posibilidad para darle nueva vida a sus fotos, de manera muy creativa y de calidad.
Imaginia Soft. Su propuesta es "una solución de negocios para casas de fotografía y no un soft en forma aislada" que permite a los comercios y a los estudios fotográficos brindar una experiencia de compra diferente con las nuevas tecnologías digitales, con productos innovadores como el fotolibro y los regalos con foto.
La solución de Imagina Soft permite a los laboratoristas diseñar, imprimir y encuadernar el fotolibro realizado en papel fotográfico empleando equipos tales como los minilabs o impresoras que ya posee y, además, puede ser utilizada para realizar el fotolibro en offset digital. Si deseara hacerlo así, la casa de fotografía puede elegir entre invertir en el equipamiento para la impresión offset o enviarle a Imagina Soft el archivo para imprimir y encuadernar. El cliente recibirá el fotolibro con su logo impreso.
Respecto a los regalos con foto, contempla todos los que existen en el mercado (tazas, mouse pad, rompecabezas, azulejos, posavasos, remeras, gorros, etc.). Si no se desea invertir en el equipamiento necesario, que también comercializan, Imaginia Soft ofrece el servicio de impresión.
La solución consiste en software para el diseño de los productos y equipamiento e insumos para la producción de los fotolibros y regalos con fotografía que se detallan:
• Imaginia Studio: Software de diseño y maquetación profesional de fotolibros y regalos con foto.
• Imaginia Express: Software para maquetar fotolibros y regalos con fotos que bajan los usuarios desde el sitio web de la casa de fotografía.
• Imaginia Web: Software web que le permite al cliente con su marca vender copias, regalos con foto y fotolibros Online
• Dispositivo de armado: Permite realizar la encuadernación completa del fotolibro tanto en papel fotográfico como en offset digital
• Equipos: Específicos para realizar la impresión de los regalos con foto.
Imaginia Soft: Patrón 6743, Buenos Aires, Tel. 4115-3696. www.imaginiasoft.com /ventas@imaginiasoft.com .
Nanibook. Es un producto para los usuarios comunes de fotografía digital que les permite armar y diseñar su propio libro fotográfico, incluyendo la cantidad de fotos que desee, impresas en la mejor calidad y con encuadernación de lujo.
El usuario, es decir, el cliente de fotografía digital, accede gratis al software y diseña su propio libro fotográfico. El mismo software le ofrece la opción de grabarlo en un CD-R para después llevarlo a un laboratorio de revelado fotográfico adherido a Nanibook.
Básicamente el sistema se compone de un software gratuito para diseñar de manera muy fácil y dinámica un libro fotográfico al cual se puede acceder gratuitamente ingresando al sitio Webwww.nanibookonline.com. En la misma página hay un Manual de Usuario, que también se baja gratuitamente, donde está detallada la manera clara y sencilla todas las formas de diseñar el libro fotográfico y la manera en que se deben emplear las herramientas del software.
La página Web contiene además el listado de todos los puntos de venta dentro del país de Nanibook, donde se puede llevar el CD-R con el fotolibro para encargar su realización y, finalmente, se lo retira ya impreso.
El software ofrece opciones de diferentes diseños de tapas y de armado de cada una de las hojas del libro. Posee más de 100 diseños de hojas que van de un solo contenedor para una foto hasta 36 contenedores. Cuenta con editor de imágenes que permite crearle a las fotos marcos, sombras, etc. También tiene la posibilidad de insertar cuadros de texto con los contenidos que se quieran poner.
La encuadernación es con tapa dura, la impresión en papeles Premium con calidad fotográfica, con la tapa y todas las paginas laminadas, apertura de 180°, y en dos presentaciones: Pocket de 22,5 x 30 cm (mínimo de diez hojas, 20 pag) con un precio sugerido al publico de $ 75 y Standard, de 30 x 40 cm (mínimo de 10 hojas, 20 pag), con un precio sugerido al publico de $100-
Fig-Plast, Av. Ader 3040 (1606-Carapachay), Tel/Fax 4756-2100 - info@figplast.com /www.figplast.com.
Rollpix. Presentó MiFotoBook, servicio integral que permite a los laboratorios ofrecer a sus clientes fotolibros de gran diseño y calidad. Incluye el software para la creación y pedido de fotolibros, la producción con avanzadas tecnologías, el packaging y el envío al laboratorio para su entrega o envío al cliente que hizo el pedido.
El software se denomina iLab FotoBook y cuenta con una versión web y otra para su instalación en una PC. La versión web ya está disponible y permite a los clientes finales y a los fotógrafos crear sus propios fotolibros a través de alguno de los sitios web de revelado en línea que utilizan la plataforma iLab Web (sitios en www.rollpix.com/fotobooks). Asimismo permite a los laboratorios que no cuentan con iLab Web ofrecer a sus clientes el servicio de fotolibros a través dewww.mifotobook.com, donde podrán crearlos y pedirlos en línea.
Ofrece una interfaz ágil e intuitiva similar a la disponible con aplicaciones locales e incluye gran variedad de diseños y de distribuciones de fotos y textos por página, lo cual permite al cliente crear fácilmente un fotolibro de gran calidad especialmente diagramado para sus fotos.
La versión local para PC estará disponible a principios de 2007 y ofrecerá a los clientes otra alternativa para crear sus fotolibros y a los laboratorios contar con un software que podrán distribuir a sus clientes sin que tengan la necesidad de conectarse a Internet.
Inicialmente se ofrecen tres fotolibros, MiFotoBook Mini (10 x 14,5 cm.), Clásico (14 x 18,5 cm) y Deluxe (21,4 x 27 cm). Las tapas pueden ser blandas en papeles especiales o duras (para el tamaño grande). A su vez las tapas pueden tener o no una ventana que muestra la primer foto.
Se prevé la incorporación continua de nuevas variantes de fotolibros (tapas, diseños, tamaños, etc.) y nuevos productos (calendarios de doce meses, tarjetas, etc.). El servicio incluye la actualización gratuita y permanente del software y los diseños disponibles.
La impresión se realiza con sistema de offset digital que permite impresión doble faz de alta calidad y el encuadernado es tipo binder con acabado profesional y una gran resistencia que garantiza su durabilidad.
Al final del fotolibro puede agregarse una hoja adicional con el logo del laboratorio, lo cual le permite ofrecer un producto con la propia marca. Se empaquetan en sobres o cajas especialmente diseñados y son enviados al laboratorio para que allí se realice la correspondiente facturación y entrega al cliente. Las entregas son dos veces por semana en tanto que el packaging también puede personalizarse con el logo del laboratorio.
Rollpix:  fotolibros@rollpix.com ; tel. (0223) 4919858
Serpak / Costa Color. Han introducido en el país el sistema Unibind, que consiste en un equipo de diseño integral que complementa al minilab o a las impresoras de chorro de tinta, que reconvierte al laboratorio en un taller gráfico para producir fotolibros.
Todo el proceso de producción es artesanal, insume pocos minutos por ejemplar no siendo complicado el entrenamiento del personal.
Las dos versiones del Unibind son el PhotoStory CTB para realizar fotolibros de 15 x 20 cm hasta 30 x 30 cm de 20 a 30 páginas, y el PhotoStory BC con formatos de 15 x 20 a 40 x 50 cm y de 40 a 80 páginas, siendo el producto final un libro de elevada calidad e impecable presentación, con tapas duras cuyo diseño puede elegirse dentro de una amplia variedad.

CostaColor, Estados Unidos 3804 (C1228ABR-Buenos Aires), tel. 4932-1803 –ventax@costacolor.com.ar .

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