Durante décadas, los formatos de los papeles
emulsionados usados en fotografía estaban basados en dos estándares, uno en
centímetros y el otro en pulgadas, de acuerdo a la tradición anglosajona. Con
el advenimiento de las impresoras de chorro de tinta, en fotografía ahora se
habla también de los formatos definidos por la industria gráfica.
En los comienzos de la fotografía, esto es en
el período del daguerrotipo que va desde 1839 hasta mediados de la
década de 1860 cuando esa tecnología fue definitivamente superada por el
sistema negativo positivo de placas al colodión (o placas húmedas), los
formatos de las fotografías estaban dados directamente por las medidas de la
placa, al tratarse de un original único.
Entonces, los formatos se basaban en la Placa
Completa (Whole Plate) de 164 x 216 mm y sus subdivisiones, pero eso no
significa que no hubieran otros formatos, ya que el daguerrotipista podía
realizar “falsas” medidas, incluso miniaturas para prendedores.
Con el advenimiento de la placa
húmeda al colodión y
luego las placas secas de gelatino bromuro, se comenzó a estandarizar los formatos
de las impresiones en papel, siendo las más comunes lacarte-de-visite de 8x5cm, la postal de 9x14 cm y el portrait-cabinet (o cabinet-card) de 11 x 15cm, ya que
las fotografías se realizaban por contacto. También se empleaban formatos
mayores tanto de placas como de impresiones, de 18 x 24, 24 x 30 y 30 x 40 cm.
Pero no fue sino hasta el surgimiento de la
película en rollo y de placas de superior calidad que el formato de la
impresión dejó de estar asociado directamente a las medidas del negativo. Mediante
la técnica de la ampliación se la podía llevar a otros formatos.
Las primeras ampliadoras —esto es interesante
recordarlo— eran solares, es decir, funcionaban con la luz directa o indirecta
del sol que iluminaba al negativo a través de una abertura en la pared (o en el
techo del laboratorio), estando provista de un vidrio esmerilado y del
correspondiente portanegativos.
A partir de las proporciones de los negativos
se fueron desarrollando los formatos de papeles de uso fotográfico, cuyas
medidas se expresan en centímetros o en pulgadas y, por lo tanto, escalonadas
según los criterios del sistema métrico decimal o de las medidas Imperiales
(británicas).
Es interesante destacar que el uso de estas últimas
debería cesar en enero de 2010, aunque la justicia autorizó que en el Reino
Unido figuren las medidas imperiales junto a las adoptadas por la Unión
Europea, que se basan en el Metro adoptado por Francia a partir de 1791.
Teóricamente, en menos de un año se debería dejar de hablar en pulgadas en todos
los órdenes, incluyendo los monitores e impresoras.
Estandarización de los formatos
Para la industria gráfica y del papel, la
estandarización de los formatos de los papeles recorrió un camino diferente al
de los papeles fotográficos, que se relacionan, como lo hemos comentado, con el
formato (y las proporciones) de los negativos. Eso es fácil de comprender, ya
que los caminos de un tipo de papel y de otro no se cruzaban en ningún momento.
El panorama actual es muy distinto, ya que las
impresoras de chorro de tinta, que nacieron como un sistema rápido y de calidad
para obtener impresiones de documentos de uso en las oficinas y, por lo tanto,
adaptados a la estandarización de papeles comunes, han evolucionado hacia
impresoras con calidad fotográfica. Sin embargo, para este tipo de impresora no
se adoptaron los formatos estandarizados de papeles fotográficos sino que se
continuó con las normas de los papeles comunes.
De ahí que si antes se hacía, por ejemplo, una
impresión de 10 x 15 cm, hoy se habla de una impresión A6 y, para el clásico 30
x 40 nos referimos a una impresión A3, si bien las medidas no se corresponden
con exactitud.
La Norma DIN de papeles
Para la industria gráfica el formato de los papeles es
de crucial importancia. Deben estar alineados por las exigencias que plantean
los impresos. En este terreno la estandarización es aún más importante que en
la fotografía, o al menos en la producción artesanal de imágenes.
Eso fue lo que condujo al ingeniero berlinés Walter
Forstmann a desarrollar un estándar que habría de ser adoptado en 1922 por el
Instituto Alemán de Normalización (Deutsches Institut für Normung), más conocido por la sigla DIN, con la
denominación de DIN 476.
Al fusionarse, a principios de la década de 1980, los
estándares DIN y el de la American National Standard Institute (ANSI, la ex – American
Standards Association, ASA), en lo que pasó a denominarse ISO (International Standard Organization), la norma originariamente alemana se
denominó ISO 216. Esta es la que en la actualidad rige los formatos de papeles
en todo el mundo aunque, en la denominación de cada formato, se suele anteponer
el acrónimo DIN (como, por ejemplo, en el formato de papel de oficina que es el
DIN A4).
Los formatos DIN se basan en diferentes
series, que van de la A a la E, siendo el formato de referencia la serie A0,
que tiene la superficie de 1 metro cuadrado y que mide 841 x 1.189 mm.
En la práctica, el sistema es muy sencillo ya
que al doblar por la mitad la hoja A0 obtengo dos hojas de formato A1 y, si a
la vez, una de esas hojas la doblo por la mitad, obtengo dos hojas A2 (es
decir, cuatro hojas A2 a partir de la A0), y así sucesivamente. Por ejemplo, la
A4 es la 16ava parte de la A0.
Por su parte, la serie B parte del formato B0
(Be Cero) que es una hoja de 1.000 x 1.414 mm
En las impresoras de chorro de tinta los
formatos más comunes son 10x15, A4 y A3, mientras que en la de gran formato
tenemos el A2, B1, B2 y otros, además de las medidas de papeles en rollo cuyo
ancho puede variar de 22 a 44 pulgadas.
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