El pre-enfoque: una técnica para deportes en circuitos


Una técnica casi olvidada en un mundo cargado de automatismos y de funciones programadas, pero imprescindible cuando se fotografían deportes donde la velocidad es protagonista y no se cuenta con una cámara de las más elevadas prestaciones.

pre-enfoque fotografía


En la actualidad, todas las cámaras digitales réflex monobjetivas (DSLR) tienen enfoque automático, y lo mismo es válido para los objetivos, con muy pocas excepciones (*). Los fotógrafos más jóvenes, o los que se han formado en los últimos 10 años, casi que no han tenido otra posibilidad que no sea el AF (Auto Focus), que indudablemente es de una gran comodidad.

En un principio, cabe recordar que los sistemas de AF eran demasiado lentos para ser utilizados en fotografía de acción, donde se necesita un enfoque preciso en fracciones de segundo y, no sólo eso, hay que mantener el enfoque a medida que el sujeto se acerca o aleja de la cámara. En cine y en televisión, el ajuste continuo del enfoque manual requería de camarógrafos muy diestros y experimentados. Con el AF, a veces sucede que por un movimiento de la cámara o del sujeto, el enfoque salta de una posición a otra, se va hacia el fondo o se clava en alguna otra parte de la escena que no es la más importante.

Los diseñadores de las cámaras han desarrollado diversas soluciones para encontrar modos de AF que permitan resolver las muy variadas situaciones que se plantean en la práctica.

Enfoque automático, rápido y preciso


Conseguir una mayor respuesta, de tal manera que el tiempo transcurrido entre el momento en que se oprime el obturador hasta la mitad de su recorrido para activar el AF y el instante en que efectivamente el sujeto es puesto en foco sea el mínimo posible, ha significado tener que lograr motores de mayor velocidad incorporados en el objetivo y, también, debieron realizarse cambios en el diseño óptico.

En los objetivos de distancia focal fija el enfoque se logra con el desplazamiento de todo el grupo de lentes, tal como ha sido desde los comienzos de la fotografía, ya sea de manera manual por medio de una cremallera o por una rosca helicoidal. La gran ventaja es que cuando se desplaza todo el grupo prácticamente no se afectan las aberraciones, es decir, que el rendimiento del objetivo es el mismo en todo el rango de enfoque. Se produce una pequeña pérdida de calidad en las distancias muy cortas, y es por eso que existen los objetivos de tipo Macro, diseñados para proporcionar su máximo rendimiento en el enfoque más cercano.

El AF por desplazamiento de todos los cristales es efectivo en objetivos de corta distancia focal, pero se complica en los teleobjetivos y en los zoom, ya que el desplazamiento debe ser mucho mayor, lo que significa que su rendimiento se vea afectado porque requeriría motores más grandes, potentes y, con eso, un mayor volumen y peso del conjunto.

Una solución ha sido el enfoque interno (IF, Internal Focus), donde los grupos de lentes se dividen en partes donde sólo se desplaza el grupo anterior o el posterior. Eso trae, entre otras ventajas, que al ser más pequeña la “masa” de cristales que se desplazan para enfocar, el motor que acciona el AF es más pequeño, liviano y por sobre todo rápido. Además, la longitud del objetivo no se acrecienta a medida que se enfoca a una menor distancia, la construcción es más sólida al ser de una sola pieza.

Otro factor en el diseño, que conduce a un AF más rápido y preciso, es la existencia del vínculo electrónico entre el objetivo y la cámara, sin levas ni contactos mecánicos, donde además el motor que acciona el enfoque forma parte del propio objetivo, por lo que está dimensionado para las exigencias que el mismo plantea

Canon fue quien desarrolló este principio con el sistema de cámara EOS y objetivos EF. Claro, ello significó convertir en obsoletos, de un día para el otro, los anteriores objetivos FD de enfoque manual, que no se pueden montar en las cámaras EOS (excepto mediante un adaptador). Nikon, en cambio, primero utilizó el sistema de motor incorporado en la cámara para pasar luego, de manera gradual, al motor en el objetivo, conocido como SWM (Silent Wave Motor), por lo que no se produjo obsolescencia de sus anteriores objetivos que, con algunas limitaciones, se pueden seguir usando en las cámaras actuales.

Tanto los motores usados por Canon como por Nikon, se basan en la energía vibracional, que proporciona un gran torque (fuerza) a baja velocidad, mientras que los motores convencionales electromagnéticos consumen más energía, deben girar a altas revoluciones, y eso conlleva que estén acoplados a reductores. Los motores ultrasónicos pueden girar entre 0,2 rpm (una vuelta cada cinco minutos) y 80 rpm, lo que se traduce en un preciso control del enfoque. Además, funcionan en un rango de temperaturas de – 30ºC y +60ºC.

Volver al enfoque manual


A pesar de todos esos desarrollos y tecnologías, tan propias del tercer milenio que nos toca vivir, el sistema AF no es perfecto y de ahí que el enfoque manual no se ha eliminado en el diseño de los objetivos.

Una alternativa es el llamado Enfoque Predictivo o Continuo, mediante el cual el microprocesador de la cámara logra determinar los cambios de la distancia del enfoque necesarios a medida que el sujeto se acerca o aleja, ajustándolo en la posición que se espera va a estar cuando se oprima el obturador. Eso se hace en pequeños “saltos” del enfoque que es satisfactorio para movimientos que no sean extremadamente rápidos, como sucede en algunos deportes.

Canon desarrolló una solución intermedia para algunos de sus teleobjetivos más potentes, a partir del EF 300 mm f:2,8 y mayores, que es el Preajuste de enfoque. El sistema permite memorizar una distancia de enfoque seleccionada, luego el fotógrafo puede seguir usando el AF de manera normal y, cuando lo requiere, oprime un botón y el objetivo se clava en la distancia memorizada.

En la fotografía de acción y, muy especialmente, en los deportes mecánicos y en todos aquellos que se desarrollan en una pista o circuito, donde es posible prever el recorrido que hacen los participantes, la técnica del pre-enfoque, ya sea de manera manual o mediante el preajuste del AF, es una solución para lograr sin riesgos imágenes nítidas, lo cual naturalmente debe combinarse con el empleo del tiempo adecuado de obturación.

De todas, es la toma más difícil de obtener en foco, puesto que es cuando la moto acelera a fondo al encarar la recta principal. Es tal la potencia de estas “superbikes” que en tercera, al pasarse de aceleración, hacen “willy”. El pre-enfoque se realizó en la zona previa a la marca en el pavimento, que señala la posición de salida de los autos en las carreras.

También el pre-enfoque es una alternativa que permite superar las limitaciones de los sistemas de enfoque automático de las compactas y las prosumer(**), que suelen resultar muy lentos.

Lo cierto es que cuando las fotos se toman desde una distancia concreta, que casi no varía, el tiempo de respuesta de la cámara será menor si el plano donde se va a hacer la foto ya está enfocado, sin necesidad de constantes ajustes cada vez que se oprime el obturador.

Además del pre-enfoque, si se aprovecha la profundidad de campo, se logra un espacio o zona de desplazamiento del sujeto dentro de la cual se tendrá un mayor éxito en la obtención de imágenes de calidad.

Como sabemos, la profundidad de enfoque es “el área que se encuentra delante y detrás de un motivo enfocado en la que la imagen fotografiada aparece nítida. Dicho de otro modo, la profundidad de la nitidez hasta la parte delantera y posterior del motivo donde el desenfoque de imagen en el plano focal se encuentra dentro de los límites del círculo de confusión permisible”.

La misma varía con la distancia focal del objetivo y la abertura del diafragma. Es mayor cuanto menor es la distancia focal, es decir, que es mayor en los granangulares y menor el los teleobjetivos, pero es alta con diafragmas cerrados y menor en diafragmas abiertos. Por último, es mayor a una distancia de enfoque más lejana y se reduce a medida que la distancia de enfoque es menor.

Lo cierto es que el pre-enfoque, junto al aprovechamiento de la profundidad de campo, son las dos técnicas más indicadas para fotografiar eventos que se desarrollan a muy alta velocidad, en particular cuando se emplean cámaras de prestaciones más modestas o que no han sido concebidas para la fotografía de acción con nivel profesional.

La técnica es relativamente sencilla: se trata de enfocar manualmente sobre un punto o sector que se sabe con certeza que por ahí pasará indefectiblemente el móvil que se quiere fotografiar.

Hay que tratar de hacerlo sobre un detalle que sea fácilmente identificable, como puede ser una rugosidad del pavimento, una marca, cualquier otra cosa, pero no se mantiene el encuadre sobre el mismo, sino que con la cámara se va siguiendo el recorrido del móvil y una fracción de tiempo antes de que alcance el punto elegido, se oprime el obturador. Si se espera que esté exactamente en el lugar es muy probable que la foto se termine de hacer cuando ya lo ha superado, porque siempre existe un retardo en la acción ya que los reflejos no son tan instantáneos como uno quisiera.

Pensemos que en un segundo un móvil que se desplaza a 100 km/h aproximadamente, recorre una distancia de 29 metros y, en una décima de segundo, la distancia cubierta es de 2,8 metros... El retardo o “período latente” de los reflejos que “es el intervalo de tiempo entre la aplicación de un estimulo al receptor y la respuesta motriz reflejada” puede variar de 1/2 a 3/4 de segundo. Por lo tanto, un móvil que va a 100 km/h recorrerá una distancia de 14 metros en 1/2 segundo...

Entonces, lo más razonable, en el caso de los deportes mecánicos, es ponerse en aquellos lugares donde el automóvil o la moto transitan a menor velocidad, que es en las curvas, donde además se generan las situaciones de mayor interés. El inicio de una recta, en cambio, es la zona más adecuada para realizar una toma de “paneo” con un tiempo de obturación de 1/125 seg., siguiendo el desplazamiento del móvil de tal manera que el fondo queda borroso.

En estos casos también el pre-enfoque es lo más aconsejable, porque una sencilla y accidental salida de cuadro puede generar que el autoenfoque se confunda y fije el enfoque en el fondo de la escena.

(*) Son muy pocos los objetivos de enfoque manual que aún se fabrican. Sólo Leica no produce objetivos AF, mientras que Carl Zeiss tiene una amplia línea de objetivos de alta calidad con montura EF (Canon), F (Nikon) y K (Pentax) de enfoque manual. Sigma y Tamron producen algunos objetivos específicos de enfoque manual. Nikon, por su parte, ofrece una serie de objetivos Nikkor de 20 a 105 mm sin AF.

(**) Prosumer. Se refiere a las cámaras digitales de objetivo fijo y con visor electrónico, cuya calidad de imagen y prestaciones permiten que sean utilizadas con éxito para trabajos profesionales. Surge de la combinación de los términos PROfessional y consuMER.

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