En rigor, el término fotómetro define el instrumento que mide
la intensidad de la luz y devuelve un valor, en lux o “footcandels”, que son
las unidades empleadas en luminotecnia. Cuando a este instrumento se agregan
escalas de uso fotográfico con valores de ISO, abertura de diafragma y tiempos
de exposición, corresponde el uso del término exposímetro. En la práctica en la
Argentina, empleamos la palabra fotómetro para referirnos al exposímetro
fotográfico.
Ya
no se trata simplemente de poder reproducir una escena tal como es, sino de
tener la información que ayudará a representarla según una intención expresiva.
Antecedentes
Aproximadamente
a partir de 1890 comenzaron a ser empleados instrumentos destinados a evaluar
la intensidad de la luz, pero cuyos principios de funcionamiento no tenían
relación con los fotómetros actuales.
Los
primeros fueron los actinómetros, que permitían medir la intensidad
de la radiación solar según la dilatación de una fina lámina de metal, o por el
oscurecimiento de un papel sensible a la luz. Se construyeron actinómetros para
uso fotográfico hasta cerca de 1930. También se usaron, durante esa misma
época, los Fotómetros de
extinción, que se
basan en la reducción del flujo luminoso al pasar por diafragmas o filtros,
donde la evaluación de la intensidad es apreciada por la sensibilidad visual.
Es interesante observar que existieron algunos de ángulo muy reducido, equivalente
a los modernos fotómetros puntuales.
Fotómetros
de selenio
En
la década de 1930 aparecen los primeros fotómetros con célula fotoeléctrica de
selenio. Su funcionamiento se basa en la propiedad de esta sustancia de generar
electricidad cuando es expuesta a la luz. Mediante un microamperímetro se mide
la carga eléctrica generada, que es proporcional a la intensidad de la luz
recibida. No usan baterías ya que la electricidad es producida por el selenio.
Significaron un avance muy importante y podemos considerarlos como la primera
generación de fotómetros modernos.
La
luz reflejada por la escena ingresa al fotómetro a través de una abertura
grande, que generalmente se encuentra cubierta por un vidrio cuya superficie
tiene forma de semiesfera para concentrar la luz sobre la placa de selenio.
Permiten
hacer mediciones de precisión pero presentan dos limitaciones
importantes: por una parte, cuando la intensidad de la luz es muy baja, la
electricidad generada por el selenio no es suficiente para mover la aguja del
instrumento, es decir que no resulta posible realizar mediciones de luz de baja
intensidad. Por otra parte, como la placa de selenio requiere cierta superficie
mínima para generar electricidad, el ángulo de medición es amplio. Esto los
torna imprecisos para medir luz reflejada, no porque su funcionamiento sea
irregular sino porque es difícil determinar con exactitud qué elementos de
la escena quedan dentro del área de medición, complicando la evaluación de la
luminosidad respecto al gris medio, que es el patrón con el que está calibrado
el fotómetro.
Esta característica
poco conveniente para medir luz reflejada no causa dificultades cuando se
emplean para medición de luz incidente. Si no se necesita medir luces de muy
baja intensidad, son excelentes y por esta razón fueron muy empleados por
directores de fotografía de cine. El Sekonic L 398 que había sido discontinuado
comenzó nuevamente a ser fabricado gracias a la demanda generada por la
industria cinematográfica.
Fotómetros
de CDS
Hacia
1960, aparece un nuevo tipo de fotómetro que representa un avance muy
significativo, gracias a las nuevas fotocélulas de sulfuro de cadmio o CDS.
Este tipo de célula no genera electricidad al recibir la luz, sino que varía su
resistencia eléctrica para conducirla. Según la intensidad de la luz cambia la
resistencia al flujo de corriente proveniente de una batería.
La
energía para activar el instrumento ya no depende de la intensidad de la luz y
esto permite la medición con baja intensidad, superando la limitación que
presentaban los fotómetros de selenio.
Por
otra parte, se logra reducir el ángulo de medición aproximadamente a 30º para
la lectura de luz reflejada, tornando más consistentes los resultados. También
posibilitaron el desarrollo de los fotómetros puntuales (o “spots”) de ángulo
muy reducido, entre 5º y 1º.
Sin
embargo, los fotómetros de CDS presentan algunas limitaciones: no pueden medir
destellos de flash, tienen cierta falta de sensibilidad cromática al azul, y
después de medir una luz de alta intensidad hay que dejar pasar un par de
minutos pues el fotoresistor queda saturado y podría indicar un valor erróneo.
Esto se conoce como efecto de memoria.
La
importancia del ángulo de medición
Cuando
se mide luz reflejada, el valor de exposición que proporciona el fotómetro es
el adecuado para que la superficie medida se reproduzca con la luminosidad del
gris medio del 18%; siendo más fácil estimar qué elementos de la escena entran
en el área de medición con un ángulo más reducido, lo que determina la precisión
del resultado.
En
el caso de los fotómetros puntuales, al tener un ángulo muy restringido
que se aprecia a través de un visor integrado, se logra un excelente nivel de
precisión. Eso permite prever la respuesta del material sensible (o del sensor
digital) hasta en pequeñas áreas de la imagen, lo que hace que la medición de
la luz supere el concepto de “exposición correcta”.
Ya
no se trata simplemente de poder reproducir una escena tal como es, sino de
tener la información que ayudará a representarla según una intención expresiva.
Naturalmente, esto requiere un grado mayor de conocimiento y de práctica: la
medición de luz conlleva un proceso de prueba y error hasta tener seguridad
acerca de los resultados.
En
un Estudio, la medición puntual permite ajustar la iluminación con un mayor
control sobre la imagen final. En exteriores, con luz natural, generalmente no
se puede controlar tanto la iluminación, por lo que en estos casos la medición
puntual permitirá tomar las decisiones adecuadas, privilegiando el área de
imagen que resulta más importante.
Fotómetros
de flash
Como
lo señalamos, los fotómetros de selenio y los CDS no pueden medir
la intensidad de los destellos de flash. Por eso, en las décadas del
‘70 y ‘80 se emplearon fotómetros especiales para el flash, que a su vez no
podían medir luz continua. Así es que era común tener un fotómetro de CDS para
medición de luz continua y otro para medición de flash.
Fotómetros
de fotodiodos de silicio
Hacia
fines de la década del 70 comienzan a aparecer fotómetros basados en el
fotodiodo de silicio. Esto fue un importante avance, ya que permiten la
medición de destellos de flash. De esa manera, con un solo instrumento podemos
resolver tanto la medición de luz continua como la del flash.
Además
tienen mejor sensibilidad cromática al azul y carecen de efecto de memoria, por
lo que se pueden hacer mediciones en forma continua de altas luces sin tener
que esperar intervalos entre una medición y la siguiente. El diseño exterior y
funcional es semejante al de los de CDS.
Pantallas
de cristal líquido o TFT
En
la década del 90 los instrumentos de aguja fueron reemplazados por indicadores
digitales en pantallas de cristal líquido. Si bien este no fue un cambio
sustantivo en cuanto al funcionamiento, representa una mejora en la resistencia
a los golpes, ya que los instrumentos de aguja son mecánicamente delicados y un
pequeño accidente puede causar su rotura.
Por
otra parte, con la adopción de micro procesadores, también se pudieron
incorporar funciones tales como la posibilidad de que el fotómetro
memorice varias lecturas, efectúe promedios, indique el valor correspondiente a
la exposición para el gris medio a partir de lecturas sobre blanco o negro,
etc.
En
lo personal, pienso que la tecnología tiende a complicar los instrumentos por
exceso de posibilidades: a veces es más complejo usar esas funciones que hacer
las operaciones mentalmente, aunque eso ya es cuestión de gustos...
Una
función nueva que me resulta interesante es la que presentan algunos fotómetros
de gama alta que, al medir luz de flash y ambiente combinada, indican el
porcentaje correspondiente a cada tipo de luz sobre la exposición total. Otra
novedad que agrega funcionalidad es la inclusión en algunos modelos de un
disparador de flash integrado por señal de radio, aunque esto requiere que haya
compatibilidad con el receptor de la señal del disparador.
Fotómetros
actuales: Diseño
El
diseño desarrollado a partir de los fotómetros de CDS en términos generales se
mantiene hasta ahora, y actualmente podemos diferenciarlos en las siguientes
categorías:
• De luz incidente y reflejada sin visor. Suelen tener el difusor
para luz incidente integrado, que puede desplazarse o retirarse para medir luz
reflejada con un ángulo aproximado de 30º. Se los considera como el fotómetro básico
de estudio. Algunos permiten agregar un accesorio reductor de ángulo con visor.
•
Puntuales o “Spot”, de
luz reflejada de ángulo entre 1º a 5º y visor. Es importante que muestren el
valor de la medición en el visor, algunos sólo muestran los datos en una
pantalla exterior y esto representa una limitación severa.
•
Combinados de medición incidente y reflejada puntual.
Es la tendencia en los fotómetros de alta gama de los últimos años: un sólo
instrumento ofrece los dos métodos de medición más útiles, la medición
incidente que resuelve en forma rápida y simple muchas situaciones, y la
puntual que ofrece el mayor control cuando es necesario.
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