Splash con medios sencillos


Es una de las técnicas que se emplea en la publicidad de bebidas alcohólicas y gaseosas, además de aplicarse en productos de higiene y de embellecimiento personal. Sugiere frescura, movimiento y alegría. A nivel profesional requiere de elementos sofisticados pero también se la puede hacer con recursos modestos.

splash fotografía


Son muchas las variables para lograr este tipo de fotos de gran impacto visual, donde la “estrella” es el congelamiento de la imagen con las salpicaduras de líquidos, empleándose tiempos de obturación extremadamente breves y que, por lo tanto, permiten capturar aquello que el ojo no puede llegar a ver.

Se podría pensar que esta técnica de realización requiere disponer de equipos avanzados para lograr una perfecta sincronización, en conjunción con flashes sofisticados. Esto es absolutamente cierto en todas sus aplicaciones científicas, ya que la fotografía de alta velocidad constituye una técnica que se emplea para el análisis de procesos cinéticos, es decir, de movimientos muy rápidos como sucede en balística, lanzamiento de cohetes, deformación de carrocerías de autos por el impacto e, incluso, en tomas deportivas.

Pero tampoco es menos cierto que se pueden obtener resultados muy interesante con procedimientos “hecho en casa”, tal como estamos acostumbrados en Argentina al mejor estilo McGiver *. Por lo tanto, con medios más modestos, podemos lograr resultados interesantes desde el punto de vista estético que, incluso, podrían ser aplicados a diferentes formas de publicidad y de otro tipo de fotografía comercial.

Un error, a veces, es querer lograr congelamientos espectaculares utilizando flashes de estudio. Los flashes muy potentes de estudio descargan su destello con tiempos relativamente más largos que los flashes pequeños. Cuanto mayor es la potencia de un flash, es decir, cuando proporciona un gran caudal de luz, mayor es el tiempo de duración del destello. Podemos comparar el volumen de luz con la energía que puede requerirnos arrojar un balde de 10 litros de agua o un vaso con apenas 200 mililitros. Algo similar pasa cuando se descarga la energía acumulada en un condensador chico o uno grande de un flash.

Sin involucrarnos tanto en lo tecnológico, sabemos que los flashes se pueden usar en modo manual, automático o TTL. En caso de usarlo manual, usamos la misma potencia en todos los destello, sin importar la distancia o las tonalidades del sujeto. En cambio, si los usamos en modo automático o TTL, la duración del destello se ajusta a las características del sujeto, pudiendo variar entre 1/500 y 1/80.000 de segundo, dependiendo si el asunto está más lejos o más cerca.

Además, debemos considerar que los flashes, según el modelo, la marca y el tipo de circuito electrónico, proporcionan tiempos de destello muy diferentes unos con otros. Lo que debemos hacer es que el flash dé un destello muy breve, y eso se logra ajustándolo a su mínima potencia de manera manual.

La sesión de toma


Esta sesión de splash, fue realizada en forma paralela por dos grupos de alumnos, pero aplicando en ambos casos la misma técnica.

Por un lado, se trabajó en un espacio semi oscuro, ya que todos los destellos fueron hechos con la cámara en Bulbo (obturador abierto). De esa manera, la luz ambiente tiene poca o nula incidencia en la generación de la imagen.

Utilizamos dos peceras simples, con un telgopor en la base de su interior con la idea de amortiguar el impacto cuando se emplean elementos sólidos y densos que puedan llegar al fondo con fuerza.

Recurrimos a flashes portátiles (uno por toma) ajustados en modo manual y con la potencia en 1/64, a fin de lograr un destello lo más breve posible, que asegura un mayor congelamiento de la imagen. Para este caso particular, preferimos utilizar un diafragma cerrado, de tal manera de lograr una buena profundidad de enfoque.

Optamos por un ajuste en ISO a 400, que permite compensar la baja potencia empleada que, como ya dijimos, garantiza un destello más breve.

Una vez medida la exposición, ya sea por fotómetro, o a través de la lectura del histograma (y también el “ojímetro”), procedimos a trabajar en equipos con un mínimo de tres alumnos.

Uno se encargó de obturar la cámara, otro tuvo la responsabilidad de tirar el producto al agua (rol importante, ya que es lo que genera el “dibujo” del splash) y, el tercero –y tal vez el más importante–, para destellar manualmente el flash en el exacto momento en que el objeto llega al agua).

Debemos puntualizar que la obturación de la cámara es con la técnica que se empleaba antaño con el flash de magnesio y con las primeras lámparas de flash. Al no existir un sistema de sincronización, que destellara la lámpara cuando el obturador está abierto, el fotógrafo abría el obturador en el modo “B” (Bulb), que es aquel que lo deja abierto mientras se mantenga apretado el botón de disparo, luego hacía destellar el magnesio o la lámpara, y después liberaba el botón para que lo cerrara.

Con algo de práctica, el obturador puede ser abierto durante medio segundo. Naturalmente, la intensidad de la luz ambiente debe ser tan baja para que no se impresione la película/sensor. De ahí que las tomas con esta técnica requieren que el estudio esté en la semipenumbra, y la cámara montada en un trípode que asegure el encuadre y el enfoque, que debe estar en modo manual.

Lo cierto es que trabajamos con la variable de “prueba y error” y luego, examinando las fotos, fuimos corrigiendo para lograr resultados cada vez más sorprendentes.

Es importante aclarar que estas fotos se pueden hacer con cámaras que no sean réflex, ya que en realidad todos los premios se los lleva el flash portátil y la habilidad de quien en ese momento decide destellar manualmente. Es más, la técnica es tan simple, que hasta se puede lograr utilizando una cámara compacta y, en algunos casos, hasta un celular. En estos casos, la dificultad se presenta en el retraso que existe entre el momento que se oprime el obturador y el instante en que efectivamente el mismo se abre, que es superior al de una réflex. Lo cierto es que si podemos regular ese retraso, el resultado será excelente.

En nuestras pruebas, los alumnos optaron, por variar la posición del flash, a fin de proporcionar diferente modelado de los productos; también usaron papel celofán de color, para crear otro clima e, inclusive, poniendo en los laterales papel negro a fin de contrastar más los salpicones de agua con líneas negras.

El grupo de alumnos que trabajó en esta producción estuvo conformado por Diego Alarcos, Jonathan Brausin Romero, Diana Castillo Giraldo, Ricardo De Benedetto, Valeria Funes, Diego Guarnizo y Elizabeth Limon Najar.

*Nota: McGiver fue una popular serie de televisión de la década del 70.

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