Entrevista a Elena Medel

Elena Medel nació en Córdoba en 1985. Actualmente disfruta de una beca de creación del Ayuntamiento de Madrid en la Residencia de Estudiantes. Ha publicado los poemarios Mi primer bikini (Premio Andalucía Joven 2001; DVD, 2002), Vacaciones (El Gaviero, 2004) y Tara (DVD, 2006), y relatos en publicaciones como Calle 20, Eñe o la antología Cuentos eróticos de San Valentín (Tusquets, 2007). Traducida al árabe, inglés, italiano y portugués, sus poemas han aparecido en numerosas antologías. Además, colabora con diversos medios de comunicación, y es una de las coordinadoras de las actividades de agitación cultural de La Bella Varsovia. Más información en http://www.elenamedel.com

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Con respecto a Tara y frente a Mi primer bikini se está hablando de madurez, ¿de qué madurez crees que se habla, de tu madurez como persona o de tu madurez como autora?
Imagino —y espero— que de mi madurez como autora, puesto que sobre el otro aspecto únicamente pueden hablar quienes me conocían y me conocen de verdad, que son poquísimos… La evolución, y el cambio, son lógicos: escribí Mi primer bikini con quince años, y terminé Tara con veintiuno. En seis años he vivido, y leído, mucho.
Tara me ha recordado en cierto modo a Descripción de la mentira de Antonio Gamoneda pero con elementos temáticos diferentes. ¿Existe alguna huella de esta obra o del autor en este libro?
Vaya, es todo un elogio. Por supuesto que me gustaría pensar que sí, que existe alguna huella, ya que es uno de los autores a los que releí sin cesar durante la escritura y corrección de Tara. Creo que Gamoneda estaría, sobre todo, en el ritmo, y en la relación tan estrecha entre vida y escritura, y en la presencia de la muerte, por supuesto.
Sé que preparas para la editorial Bartleby un libro-ensayo sobre Blues castellano de Gamoneda, ¿cómo ha sido la experiencia y en qué ha consistido?
No es exactamente un libro-ensayo, sino más bien una relectura muy personal —en absoluto filológica, sino desde el punto de vista creativo— deBlues castellano, con motivo de su reedición en Bartleby. La experiencia ha sido fantástica, puesto que me ha obligado a releer a Gamoneda no sólo para disfrutar con su poesía, sino también para acercarla a quienes, por cualquier razón, aún no la conociesen. Gamoneda es un autor enorme, inagotable. Y para mí es un honor poder publicar ese texto en el mismo volumen que sus poemas.
En ocasiones se te ha acusado de recibir un trato de favor debido a tu juventud. ¿Qué reflexión puedes hacer ahora de ello, tras un libro comoTara, considerado como un libro maduro?
A mí me interesa la literatura: leer, sobre todo, y escribir. Los asuntos ajenos a ella me importan más bien poco.
¿Por qué has titulado el libro Tara?
Es curioso, porque el proceso de escritura de Mi primer bikini se repitió conTara: mientras corregía Mi primer bikini esbozaba los primeros poemas deTara. Durante muchos meses, tras publicar Mi primer bikini, escribí sin la intención de armar un libro. Sin embargo, al releer algunas de esas notas entendí que estaban unidas por la idea de imperfección, lo que trajo el título,Tara. Posteriormente, diversos acontecimientos de mi vida cambiaron el rumbo del libro, dotando a Tara de nuevos significados, que explico con más detalle en la nota final del poemario.
Mi lectura de tu libro ha resultado una experiencia intensa. Quizá sea uno de los mejores libros de poesía española que he leído recientemente junto a los publicados por Julieta Valero o el de Kepa Murúa La poesía si es que existe. Sin embargo, Tara me resultó demasiado corto. En La estación azulde Radio 3 dijiste haber suprimido bastante material del libro. ¿Qué nos puedes decir de esa reducción drástica?
En mayo de 2006 reuní todos los poemas que había escrito para Tara, alrededor de sesenta. Como es cualquier penúltima revisión de un libro, muchos se cayeron porque su temática no casaba con la general de Tara, porque en conjunto no me convencían, etcétera. Y, por último, quise jugar con la combinación 3 + 4 = 7, obligándome a desechar algunos que me parecían de un nivel menor. No me planteo publicarlos ni como libro ni exentos, puesto que los concibo como textos que me sirvieron para llegar a otros.
Como gran lectora que eres, te voy a pedir que nombres tres libros de autores españoles y tres de autores extranjeros que te hayan impactado durante el año pasado.
Más que gran lectora, yo diría lectora compulsiva… Ciñéndome sólo a la poesía, citaré Los Campos Elíseos, de Pablo García Baena (Pre-Textos),Querido silencio, de Luis Muñoz e Y todos estábamos vivos, de Olvido García Valdés, ambos en Tusquets; y, entre los extranjeros, Himnos de Mercia, de Geoffrey Hill (DVD), Los muertos y los vivos, de Sharon Olds (Bartleby), y laObra poética de Xavier Villaurrutia (Hiperión).
Sé que La Biblia es uno de los libros que más te interesa, ¿qué papel juega en Tara?
Un papel vital: no sólo en la forma —en el versículo, sobre todo—, sino también en el tono salmódico, en la atmósfera religiosa, en determinadas metáforas e imágenes. Algunos poemas son paráfrasis de libros bíblicos, como el de Rut o el Apocalipsis. Nunca he escondido que, literariamente, me parece una obra de altura elevadísima.
¿Qué otras fuentes literarias son para ti importantes?
Muchísimas; como te digo, me considero una lectora compulsiva. Luis de Góngora, Federico García Lorca, Alejandra Pizarnik, Louis Aragon, Sharon Olds, Arthur Rimbaud, Sylvia Plath, Anne Sexton, John Ashbery, el ya mencionado Gamoneda… Y, últimamente, leo y releo a Geoffrey Hill y Blanca Varela.
También me gustaría que nos hablases de la presencia o no de elementos autobiográficos en Tara.
Menciono otra vez a Gamoneda, quien concibe la poesía como «emanación de la vida». Hay un elemento vertebrador, y definitorio, que es la muerte de alguien muy cercano: el libro no se desencadena tras ella, puesto que Taraya estaba en marcha, pero sí activa una voz y una obsesión determinadas. Por tanto, esa presencia existe, aunque no la considero hegemónica.
¿Por qué escribes poesía? ¿Crees que tras la escritura, como dice el ensayista y poeta Carlos Fernández López, se esconde siempre algún tipo de tara?
Escribo desde pequeña, quizá a consecuencia de mi pasión por la lectura. Disfruto muchísimo escribiendo. La poesía me ayuda a poner en orden mi memoria, a definir mi identidad. Yo no escribo por insatisfacción; qué aburrido sería eso. Escribo, simplemente. Y me encanta.
¿Crees que la escritura poética femenina posee determinados rasgos específicos estéticos y/o temáticos?
Es un tema complicado… Yo creo que sí existe una literatura escrita por mujeres. Dentro de ella, algunas autoras responden más a cierto perfil, coincidente con ese adjetivo femenino que tú planteas —y que proviene, supongo, de la propuesta de lenguaje femenino de Cixous y compañía—, y otras escapan en mensaje y estética. Yo me considero feminista, aunque no sé hasta qué punto eso ha podido influir en Tara: quizá sí en cuanto a que el matriarcado goza de un papel fundamental, que cuesta hallar en la poesía de un hombre.
¿Es esta una sociedad preparada para la poesía?
¡Por supuesto que sí! No seré yo la pesimista. Aunque los índices de lectura bajen en picado, mucha gente experimenta con formatos diferentes, novísimos, que pueden enganchar al público. Sospecho que el futuro avanza en esa dirección.
¿Cómo te sientes respecto a los medios de comunicación y a la oportunidad que te brindan de dar a conocer tu obra?

Agradecida y emocionada. Sin derecho a queja. Aunque todo esto, como ya he dicho, nada tiene que ver con la literatura.

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