LOS AMANTES DE TOLEDO Y OTRAS HISTORIAS INSóLITAS, DE VILLIERS DE LISLE ADAM

Recordando a los olvidados:

Los amantes de Toledo y otras historias insólitas de Villiers de L'Isle Adam. Ediciones El Cobre, 2006.

El Conde Villiers De L'Isle Adam es uno de los grandes olvidados de la literatura del XIX. Contemporáneo de Mallarmé, Baudelaire o Verlaine, quizás su obra no haya tenido la trascendencia que merece y solamente son conocidos por el ¿gran? público sus deliciosos Cuentos Crueles. Gran artista, incomprendido, nacido en una familia noble venida a menos, su vida fue una lucha por ser reconocido y por la autenticidad, muriendo al final casi sin conocer el éxito profesional y en la indigencia. Una colecta de sus amigos evitó que fuera enterrado en una fosa común y actualmente sus restos reposan junto a otros grandes genios en el que probablemente sea el cementerio más famoso del mundo, Père Lachaise. Un paradigma quizás del genio de la época.
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Es curioso, antes el artista solía provenir de clase alta y resultaba una vergüenza para sus allegados y familiares, en muchos casos morían abandonados y solos, emperrados en su arte hasta el último momento. Ahora es al revés, en muchos casos, no en todos, menos mal, ahora el artista sale de clase media o media-baja (¿existe todavía la clase media?) y su objetivo es trepar por los peldaños de la fama saltándose los peldaños de una buena obra, LA OBRA, de dos en dos, de tres en tres e incluso a veces de cuatro en cuatro.
En fin, no me desviaré más, el espíritu de Villiers se ha apoderado de mi mano, no he sido yo. Vamos al libro que es lo que importa en este momento. Una magnífica edición del El Cobre que hace honor a esta colección de relatos cortos, en los que el autor arremete contra toda la hipocresía de la época, las modas y el horror interior que ocultan las preclaras mentes de toda una generación anclada en las mas antiguas raíces de la burguesía clásica. Con un estilo cercano a Poe por la riqueza del lenguaje y a los Artículos de Larra por su claridad y legibilidad costumbrista, Villiers no crea relatos de terror (¿o sí?) sino disecciones certeras de la sociedad con un tono truncado que invita a la reflexión más profunda. Incluso juega con los tópicos románticos más extendidos sobre el amor, el arte, los sueños etc... A lo largo de estas doce narraciones el lector puede experimentar diversos estados de ánimo que van desde la náusea hasta la carcajada dejando al final una amarga y cínica sonrisa en el deleitado lector.

Recomendable hasta el infinito y además esta edición en concreto, con prólogo de Rubén Darío, extraído de su obra Los Raros, de la que hablaré algún día si es posible, rareza bibliófila y documento inestimable para conocer ese delicado trozo de la literatura que oculta a los más exquisitos genios.

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