Fortaleciendo la
personalidad de los niños
En cierta ocasión, alguien de pensamiento profundo dijo: «No sé
cómo siendo los niños tan listos los adultos somos tan tontos». Y concluía:
«Debe ser cosa de la educación». Sin duda, como adultos podemos ayudar a los
niños a construir una mejor
personalidad y en esto tiene mucho que decir la educación.
¿En qué sentido mejorar podemos y debemos mejorar la personalidad del niño? No
en un sentido invasivo, de ninguna manera obligándolos, sino ayudándolos a
comportarse de una manera que los adultos sabemos que es más adecuada y más
aceptada por nuestra sociedad.
Es un caso común de los padres que tienen niños “tímidos” que
ellos mismos los etiqueten como tímidos, y sin darse cuenta, al hacer esto
estarán condenando a su hijo a serlo. ¿Por qué? Bueno, esto es sencillo, porque
si etiquetas al niño como tímido, el decidirá actuar como tal y actuará como
actúan las personas tímidas, ya que conocerán estereotipos de esta personalidad
y las imitarán. «Si me clasificas o me etiquetas, me niegas » decía el filósofo
Sören Kierkegaard.
¿Qué hacer entonces? Cuando se tiene un niño tímido y otro lo
destaca, debemos hablar con quien lo dijo y aclararle por ejemplo “no es tímido,
hoy tiene un día más tranquilo, pero en general tiene una actitud muy
positiva”. Entonces, si el niño oye esto, se pensará a si mismo como activo,
positivo, y tomará la reacción que tuvo solo como algo que surgió en ese
momento pero que no lo caracteriza.
Siempre debemos
actuar en función de elogiar a nuestros niños, ya que esto les
generará una actitud positiva respecto de las cosas. Es importante destacar de
los niños las cosas buenas que los caracterizan y explotarlas, en lugar de
intentar cambiarlos o pedirles que mejoren en tal o cual aspecto.
Si le dices a un niño “no debes ser tímido, debes ser confiado”,
no estás dándole ninguna herramienta adecuada para que sea capaz de hacerlo, es
más, lo estás etiquetando como tímido y lejos de ayudarlo lo estás empujando
hacia atrás. En este caso, ante una situación en la que el niño se muestre
tímido, debes explicarle cómo puede actuar la próxima vez de una manera más
confiada o intentar averiguar cuál es la ansiedad que está causando esta
actitud en él.
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