Beatriz Cortázar: “No hay puntada sin hilo (en la cara)”

Lo único desagradable es la anestesia, un pinchacito breve pero intenso, porque del resto ni te enteras

Siempre recordaré (ya con cierta nostalgia) cuando se hablaba de los famosos hilos de oro que usaba la actriz  francesa Catherine Deneuve, inolvidable en su papel de ama de casa de día y puta de noche en el filme “Belle de  jour”. La Deneuve, fría como ella sola, fue pionera como “celebrity” que no esconde sus trucos de belleza y sirvió  para que muchísimas mujeres se apuntaran a la moda de los hilos que por entonces, algo así como veinte años atrás,  eran mucho más agresivos y molestos que las técnicas actuales.

Ha pasado el tiempo y, como decía aquel anuncio, no veas cómo ha mejorado la tecnología. En el terreno de la  estética no hay semana que no se presente una novedad pero sin necesidad de ir a lo último de lo último, que  siempre es bueno esperar cierto tiempo para probar las novedades, es el doctor Licitra (Med-Estetic, calle Pintor Juan Gris 5 ) quien me explica los beneficios del Silhoutte Soft, los hilos de hoy, que no son de oro y sí de ácido poli-l-láctico y totalmente reabsorbibles que yo soy de las que no creo en el amor eterno y sí en la fecha de caducidad (mi lema es “por favor, nada para toda la vida que seguro me canso”). De ahí que ya me atraiga la idea de una mejora que puede durar cerca de año y medio y que encima te permite hacer tu vida normal sin necesidad de estar de baja ni tan siquiera dos horas. 

Con estos hilos mágicos se busca crear colágeno y efecto lift y seguramente lo más desagradable sea el momento de la anestesia, un pinchacito breve pero intenso, ya que del resto ni te enteras. No hay puntos, ni marcas ni tan siquiera morados (bueno algunas veces pueden salir) ; y sí sólo una sensación un tanto extraña cuando el doctor tira de los hilos para tensar la piel. En menos de media hora se ha terminado la historia y el resultado irá progresando adecuadamente a medida que pasen las semanas e incluso meses. Vamos que sigues con tu cara pero con la certeza de que la fábrica de colágeno se ha puesto a trabajar y lo que tiende a caer se quedará pendiente de un hilo, que en este caso es más que suficiente.