¿Qué hacen nuestros hijos en internet y cómo lo ocultan?

Los padres suelen pensar que controlan lo que sus hijos hacen cuando se conectan, pero estos tienen toda una batería de 'trucos' para burlar su vigilancia.

Mucho se ha hablado acerca de la falta de control en internet, cuyo lado oscuro (vídeos violentos, pornografía infantil, maltrato animal, etc.) es una radiografía perfecta de la sociedad más enferma.

Nos guste o no, la red es un espacio donde cualquiera sigue pudiendo acceder a cualquier tipo de contenido, con el peligro que eso tiene para los menores, que tienen a sólo un clic millones de páginas porno, videos de abusos y vejaciones de todo tipo y todas las burradas que puedan ocurrírsele filmar o fotografiar a cualquier mente perturbada de las que pueblan el planeta.

Según un estudio elaborado por la compañía de seguridad informática Mcafee, mientras que los padres suelen creer que controlan lo que sus hijos hacen cuando se conectan a la red y que estos no les ocultan nada, la mayoría de los hijos considera que los padres no tienen por qué saber qué páginas visitan y con quién se relacionan en internet.

páginas web

Además, tienen una serie de técnicas para evitarlo:

  • Borran el historial de navegación: Lo hace el 53 por ciento de los adolescentes y sólo el 17,5 por ciento de los padres lo sabe.
  • Minimizan el navegador cuando un padre o una madre se acerca: Lo hace el 46 por ciento de los adolescentes y sólo el 16 por ciento de los padres lo sabe.
  • Ocultan o borran vídeos comprometidos: Lo hace el 19 por ciento de los chavales y sólo 5,4 por ciento de los padres es consciente.
  • Mienten sobre lo que hacen cuando están conectados: Lo hace el 23 por ciento y sólo el 10,5 por ciento de los padres lo sabe.
  • Manipulan la configuración de privacidad de las redes sociales para bloquear a los padres: Lo hace el 20 por ciento y sólo el 8 por ciento de los padres es consciente.
  • Navegan en modo incógnito: Es una opción que tienen los navegadores que permiten navegar sin que se guarden las páginas visitadas en el historial. Según el estudio, lo hace el 19,5 por ciento de los chavales y sólo lo sabe el 3,7 por ciento de los padres.
  •  Desactivan el control parental: Lo hace el 12,8 por ciento. Sólo lo sabe el 3,8 por ciento de los padres.
  •  Tienen perfiles duplicados en las redes sociales, uno de los cuales ocultan a sus padres: Es algo que hace el 8,7 por ciento de los adolescentes.

Según el estudio, las chicas tienen una mayor tendencia a ocultar su ‘vida online’ a los padres. El estudio también aporta datos sobre los sitios que visitan intencionadamente (es decir, que no llegan a ellos por casualidad, que sería otra forma):

  • El 45 por ciento visita páginas web que sus padres desaprueban.
  • El 43 por ciento accede a contenido violento.
  • El 36 por ciento accede a contenido relacionado con el sexo.
  • El 32 por ciento accede a contenido pornográfico.
  • De los que acceden al porno, el 43 por ciento lo hace semanalmente.

Desde Rusia, con ciencia-ficción

Si la literatura de ciencia-ficción es, hoy en día, un páramo reseco, la aparición de Dmitry Glukhovsky es savia vivificante.


Dmitry Glukhovsky
 es un joven periodista nacido en 1979. Licenciado en Periodismo y Relaciones Exteriores por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Ha escrito sobre infinidad de temas de contenido social, llegando a participar -incluso- en una expedición al Polo. Ha sido colaborador de publicaciones como Harper's Bazaar, l'Officiel y Playboy; también ha colaborado con medios como EuroNews Deutsche Welle. Actualmente es periodista freelance para el canal público ruso Russia Today.

Dmitry Glukhovsky
Miembro de una generación desencantada, tanto con el comunismo soviético como con la democracia yeltsino-putiniana, la literatura de Glukhovsky apuesta por una legendaria e interesante corriente de la ciencia-ficción, la “distopía”. No es de extrañar que la propia literatura rusa (y su antecesora, la soviética) cuente con venerables hitos del género, como Nosotros (1921) de Yevgeny Zamyatin (1884-1937) o El Maestro y Margarita (1937) de Mikhail Bulgakov (1891-1940).

Finalmente llega a España su novela más importante, “Metro 2033”, ganadora del prestigioso Encouragement Award de la European Science Fiction Society. editada por el venerable sello editorial Timunmas, clásico proveedor de títulos de ciencia-ficción, fantasía y terror.

La premisa de Metro 2033 es inquietante. Luego de una guerra mundial devastadora, los habitantes de las regiones arrasadas deberán aunar esfuerzos para sobrevivir. En el caso de Moscú, los supervivientes resisten bajo tierra, convirtiendo las estaciones del Metro -no por casualidad, el tercer metro del mundo en extensión- en unidades poblacionales. En la superficie los acecha un horrendo colectivo de criaturas mutantes.

Pese a que subyace en Metro 2033 una aguda crítica social a la Rusia de hoy, el autor no quiere -o no puede- evitar una figura clásica en la Historia Universal, en general, y en la Historia Rusa, en particular: El mesías, líder, caudillo o dirigente carismático (desde Iván el Terrible, a Pedro El Grande, pasando por Lenin, Stalin y un largo etcétera). En el caso de la novela, hablamos de Artyom, el elegido para liderar la resistencia.

Como no podía ser de otra manera, la ciencia-ficción también se encuentra falta de ideas en el Séptimo Arte. Suena casi consecuente, pues, que Metro 2033 ya tenga futuro de cine. En palabras del autor -durante la presentación de la novela en Madrid- “la MGM ha comprado la opción para filmarla, hay un guionista trabajando en ello y espero que se confirme, porque la última novela rusa filmada en Hollywood fue Doctor Zhivago, hace unos cincuenta años[1]. El otro recorrido que ha seguido la novela es el videojuego: Metro 2033 fue adaptado a este entorno en el año 2010, en sus correspondientes versiones para PC, Xbbox 360 y PlayStation.

Cabe destacar el curioso e insólito recorrido que Metro 2033 ha tenido entre el público. El “boca a boca” ha sido tan potente que no fue extraño ver -durante el coloquio madrileño con el autor- a varios “feligreses” de la novela. En consecuencia, el propio Glukhovsky propuso que sus lectores aportaran nuevos derroteros para la idea original. El autor, consiguientemente, seleccionaría las mejores historias, en vista a futuras publicaciones, algunas de las cuales -en total, suman unas veinte- ya están disponibles en la colección de Timunmas.

 

[1] Más precisamente, en 1965, con dirección de David Lean; sin embargo -y por dar un ejemplo- el inclasificable Menahem Golan dirigió en 2002 una adaptación de Crimen y Castigo de Fyodor Dostoievsky.

Danza contemporánea brasileña en Madrid

La compañía de danza contemporánea brasileña, Grupo Corpo, presenta el espectáculo Bach/Parabelo a los medios en los Teatros del Canal

El próximo jueves, 14 de junio, a las 11:00, los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid presentarán Bach/Parabelo, un espectáculo de danza contemporánea de la prestigiosa compañía brasileña Grupo Corpo. El montaje, que se estrenará por primera vez en Madrid el viernes 15 de junio, se podrá ver en la Sala Roja los días 15,16 y 17 de junio.

En la presentación participará el director general de Promoción Cultural de la Comunidad de Madrid, Amado Giménez, y el director artístico de los Teatros del Canal, Albert Boadella, junto con el director y encargado de escenografía, Paulo Pedernerias, y su hermano, el bailarín y coreógrafo de Grupo Corpo desde 1981, Rodrigo Pederneiras.

Reconocida como la más importante compañía de danza contemporánea en Brasil, Grupo Corpo ha obtenido numerosos galardones a lo largo de sus 35 años de historia. En Bach(1996), el estilo puro barroco del compositor J. S. Bach se funde con el característico de la región brasileña de Minas Gerais. En Parabelo (1997), la estética de las ofrendas sagradas sirven de inspiración para la escenografía y destaca la intensidad de las tonalidades del vestuario de la diseñadora Freusa Zechmeister.

Danza


Un mega festival de cultura urbana es fácil de imaginar

Las subcultura ya tiene su lugar de reunión en Madrid: MulaFest, un festival que ante todo es un gran acierto.

Cuando a finales del siglo XX nacieron nuevas formas de expresión de la mano de las llamadas tribus urbanas, la llamada subcultura -que no es otra cosa que un ramillete de bifurcaciones de la cultura dominante- tomó la calle a falta de escenarios ‘oficiales’ en los que poder expresarse.

Desde entonces, los espacios urbanos forma parte de la identidad de estos artistas que se reparten por todos los rincones de todas las ciudades del planeta, pero que hasta ahora -al menos en España- carecían de un espacio de reunión, un lugar donde compartir todo aquello que tienen en común grafiteros, tatuadores, skaters, street dancers, moteros y un largo etcétera: la apuesta por la cultura alternativa y por supuesto, como decíamos, la calle.

MulaFest, un megaproyecto que cuenta con el apoyo de empresas como Ifema, Metro de Madrid o Canal Plus, ha sabido identificar esa carencia y en su primera edición pretenderse situarse como un referente a nivel internacional en lo que a festivales de cultura urbana se refiere.

Decía Javier Martínez, uno de los promotores del MulaFest, en la presentación esta mañana en Madrid, que cuando les presentaron el proyecto a los responsables de Ifema, sede del festival, les pareció tan buena idea que no les dejaron terminar la exposición.

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Desde entonces, la organización no ha parado de trabajar, con un gran esfuerzo en comunicación, produciendo un puñado de vídeos de esos que llamen 'virales', que se propagan en las redes sociales como una epidemia, alcanzando a todos los urbanitas enamorados de estas nuevas formas de expresión, que como decíamos antes son una gran multitud a la que hasta ahora nadie había prestado la debida atención.

Y ello a pesar de todo lo que tienen que decir, que es mucho, porque sus inquietudes abarcan multitud de registros siempre originales y sorprendentes. Ahí es donde reside la magia de este festival, que no necesita de grandes nombres (aunque los tenga) porque los artistas y especialistas son muchos, son una tribu escondida tras el anonimato de las calles que ahora tiene la oportunidad de demostrar ante el gran público todo lo que sabe hacer.

Música, arte, danza, tatuajes, tuning y algo que han llamado ‘caos’, que servirá para que skaters y 'virgueros' de la BMX revolucionen el festival con sus piruetas. 

"FOLLIES”, el musical de la temporada

“La gran sorpresa de este espectáculo es Carlos Hipólito. Creí haber visto casi todo lo que es capaz de hacer, pero su recreación del personaje de Benjamin Stone me ha conmovido como pocos”

 Fue un día especial, no puedo negarlo. Mi abuela de noventa años estaba sentada a mi lado dispuesta a disfrutar de las casi tres horas que dura este espectáculo. Tras cierto retraso debido a problemas técnicos, cosa que no me importó (debe de ser por pertenecer al gremio), el telón se levantó y los primeros acordes del magnífico libreto escrito por Stephen Sondheim en 1971 inundaron todo el teatro. Es el cuarto musical de este compositor que pone en pie Mario Gas y he de reconocer que ha dado en el clavo. Con un elenco formado por 38 intérpretes y 18 músicos la ecuación parece sencilla pero el brillo y la potencia que desprende el escenario tienen un inmenso trabajo detrás.

Follies comienza con un reencuentro en el teatro que durante años regentó Dimitri Weissman, interpretado por el propio Gas, (en un guiño más que simbólico a ésta su última producción al frente del Teatro Español). En este lugar tan familiar para los personajes que cruzan el umbral de la puerta, se agolpan los recuerdos del tiempo pasado en el que las coristas llenaban la escena, el público, las luces, ante la proximidad de ser convertido en un parking. Como suele pasar en el teatro, la realidad y la ficción no siempre se distinguen con claridad. Vertebran esta historia las 22 canciones de James Goldman  (traducidas por Roser Batalla y Roger Peña) acerca de las peripecias vitales y los sueños de juventud entre Ben (Carlos Hipólito) y Phyllis (Vicky Peña) y Buddy (Pep Molina) y Sally (Muntsa Rius). Y a modo de flashback se entretejen las historias entre el pasado, el presente y en algunos momentos incluso simultáneamente en el escenario.

Hubo varios momentos que lograron sumergirme por completo en este universo creado por Sondheim a modo de homenaje al mundo de las coristas de los espectáculos de variedades que triunfaron a principios del siglo XX en Nueva York. Roscoe, el maestro de ceremonias que en la voz de Josep Ruiz abre el espectáculo, magnífico. Asunción Balaguer interpretando Broadway baby, 86 años y un encanto que rompe barreras. Vocalmente extraordinaria Muntsa Rius como Sally Durant, el contrapunto perfecto a Vicky Peña que a lo largo de la función va dotando al personaje de Phyllis del carácter insatisfecho y vengativo para desbordarse en la escalinata por la que desciende en “The story of Jessie and Lucy”. Soberbio el cuerpo de baile que hace las veces de coro dando a la trama la envoltura suficiente para que cada uno de los personajes se deslicen a modo de tobogán por sus respectivos conflictos vitales. 

Pero sin lugar a dudas la gran sorpresa de este espectáculo es Carlos Hipólito. Creí haber visto casi todo lo que este magnífico actor es capaz de hacer en cine, televisión y sobre todo teatro; pero la recreación del personaje de Benjamin Stone me ha conmovido como pocos. Un personaje lleno de matices que van desde el cinismo y el vacío más absoluto hasta la locura en “Live, laugh, love”.  Hipólito lo ha vuelto a hacer. Follies se ha reestrenado no por el empeño de su director, ni porque esta ciudad esté ávida de musicales, no hay más que pasearse por la Gran Vía madrileña, sino porque el patio de butacas se llena noche tras noches de aplausos inacabables. Para los rezagados que se lo perdieron en Febrero aquí está otra vez, a modo de segunda oportunidad. No se lo pierdan, consejo de actriz.

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